Este versículo refleja un llamado poderoso a la valentía y a la fe en medio de la oposición. Nehemías anima al pueblo a no temer frente a las amenazas, sino a recordar quién es su Dios: grande y temible, digno de confianza. Él los exhorta a pelear no solo por sí mismos, sino por sus familias y sus hogares. Es un recordatorio de que la defensa espiritual y física tiene un propósito más allá del individuo: proteger lo que Dios les ha dado. Esta palabra inspira a levantarse con firmeza, confiando en que el Señor está con ellos y que su causa es justa.

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