No se trata de hacer filosofía, sino de filosofar; no es el mero tecnicismo de ideas lo que interesa, la profesionalización del pensamiento y el argumento, el mero debate erudito que nada tiene que ver con el mundo real y encarnado; todo eso es pedantería, pseudo filosofía académica (nos enseña Unamuno) . De lo que se trata es de vivir para filosofar, de filosofar para vivir mejor, de poner el cuerpo en situación, de hacer algo concreto, situado y diario con lo que uno filosofa, de sangrar las propias ideas, de envejecer junto a ellas . La mayor parte de las personas vocifera sobre valores humanistas supremos desde la pura teoría, desde la comodidad de una beca, de un salario universitario, desde el propio domicilio , en una conversación con amigos, pero no se los ve PONIENDO el CUERPO.  “Primum vivere deinde philosophare” (primero se vive, luego se filosofa), dice el antiguo adagio latino  No nos olvidemos del inconsciente, el cual nos condiciona de forma a priori . La ilusión del neurótico es (como señala Juranville) la de creer que puede escaparse de su propio inconsciente , de ahí que toda crítica a nuestro supuesto control de nosotros mismos sea más necesaria que nunca : ¿como “autoconocernos” “autodominarnos” “autocontrolarnos” con saberes racionales y conscientes si lo que nos afecta por atrás es el inconsciente profundo?  #vida #filosofia #práctica #deseo

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