Escuchar "#CGTenAcción136 Emma Goldman, la mujer más peligrosa del mundo 30/06/22"
Síntesis del Episodio
La mujer más peligrosa del mundo...
El Buford, un desvencijado navío militar, zarpó del puerto de Nueva York con destino a Rusia seis días antes de la Navidad de 1919. Llevaba a bordo a 249 distinguidos deportados políticos. Viajaba, entre ellos, una singular feminista americana: Emma Goldman.
"Emma la roja" era famosa y temida; incitaba a la violencia y a la anarquía, hablaba del control de la natalidad y del amor libre.
Comenzando por el presidente Wilson y siguiendo por los que lo sucedían en orden de jerarquía, muchos sintieron alivio cuando Emma desapareció de la escena. Solo lo lamentaron unos pocos radicales, y algún que otro liberal.
Fue tres veces a prisión, pero la arrestaron tantas veces que cada vez que hablaba en público llevaba un libro para leer en la cárcel. Utilizó la doctrina anarquista para explicar la opresión que padecían las mujeres, pero sabía muy bien que la raíz de semejante opresión era más profunda que las instituciones. Cuando su anarquismo entraba en conflicto con su feminismo, reaccionaba siempre como feminista.
Emma Goldman denunció la "ideología inconsciente" como causa del sometimiento de la mujer. "Casi desde la infancia", escribió, "las jóvenes aprenden que el más alto objetivo en la vida es el matrimonio. Las alimentan con tantas mentiras acerca de su naturaleza sexual que la vida de estas muchas se destruyen por la frustración".
Goldman denunció su diario sufrimiento porque los hombres que la rodeaban la trataron como un objeto sexual. Casi todos los hombres con los que convivió, radicales en su mayoría, intentaron hacerla desistir de sus actividades: nunca la consideraron adecuadas para su sexo porque, para decirlo con sus propias palabras, siempre fue para ellos una "hembra".
Emma nació un #27Jun de 1869, en un gueto de la Rusia zarista. Su padre, cuya furia y cuyos golpes recordó siempre, se quejaba continuamente de que su primogénito hubiera sido una niña. Su madre vigiló su educación sexual con tradicional rigor.
Su paso por la escuela primaria fue tormentoso. Sobresalió en sus estudios pero su conducta fue deplorable, razón por la cual se le negó la admisión en la escuela secundaria.
El anarquismo brindó a Emma una base teórica para su feminismo. Comenzó a considerar el matrimonio, al que detestaba por experiencia propia, como una de las instituciones más opresivas del capitalismo y del Estado, ya que convierte a las mujeres en esclavas domésticas y en objeto sexual, limitándolas a la reproducción y a ser mano de obra barata.
El matrimonio condena a la mujer a una eterna dependencia a cambio de la seguridad económica. Emma concebía el amor como algo libre y natural. Decía... "Si alguna vez vuelvo a amar a un hombre me entregaré a él sin que nos una ni el rabino ni la ley, y cuando ese amor muera me iré sin pedir permiso".
Emma Goldman, libertaria extremista, no necesitaba pretextos para ninguna de sus acciones. Sus experimentos con las bombas, al igual que sus experimentos con el amor, reflejaron, pero no determinaron, sus ideas. Sus percepciones y sus teorías evolucionaban con su práctica.
En todas partes observó los males que afectaban a las mujeres a causa de la tan sutil como obvia discriminación. Las sufragistas ponían todas sus esperanzas en el voto; a Emma este tema no le interesaba. No eran precisamente las mujeres las que se beneficiarían con él: su opresión estaba demasiado arraigada en el estiércol del sistema. El sufragismo era un movimiento de clase media, enemigo de la Revolución.
El 28 de marzo de 1915, en Nueva York, Emma explicó, por primera vez en toda América, cómo se debía utilizar un anticonceptivo. Fue arrestada de inmediato y condenada. Margaret Anderson, desde "The Little Review", dijo: "Emma Goldman fue enviada a prisión por sostener que las mujeres no siempre deben mantener la boca cerrada y el útero abierto".
El tiempo ha demostrado que solamente las predicciones de Emma han sido las acertadas. Con el voto, las mujeres americanas alcanzaron escasa igualdad de derechos; las leyes discriminatorias no se borraron de los libros, no desapareció la doble máscara, continuó la discriminación laboral y salarial, la explotación sexual y doméstica de la mujer no se alteró y muy pronto, el movimiento feminista americano quedó marginado.
A Emma se la recuerda como una salvaje bohemia, una loca terrorista, una bruja. Murió en 1940 en Granada. Solo un pequeño grupo de americanos reconocieron que había vivido, para decirlo con las palabras del periodista William Marion Reedy, "8.000 años adelantada a su época".
Macarena Amores
El Buford, un desvencijado navío militar, zarpó del puerto de Nueva York con destino a Rusia seis días antes de la Navidad de 1919. Llevaba a bordo a 249 distinguidos deportados políticos. Viajaba, entre ellos, una singular feminista americana: Emma Goldman.
"Emma la roja" era famosa y temida; incitaba a la violencia y a la anarquía, hablaba del control de la natalidad y del amor libre.
Comenzando por el presidente Wilson y siguiendo por los que lo sucedían en orden de jerarquía, muchos sintieron alivio cuando Emma desapareció de la escena. Solo lo lamentaron unos pocos radicales, y algún que otro liberal.
Fue tres veces a prisión, pero la arrestaron tantas veces que cada vez que hablaba en público llevaba un libro para leer en la cárcel. Utilizó la doctrina anarquista para explicar la opresión que padecían las mujeres, pero sabía muy bien que la raíz de semejante opresión era más profunda que las instituciones. Cuando su anarquismo entraba en conflicto con su feminismo, reaccionaba siempre como feminista.
Emma Goldman denunció la "ideología inconsciente" como causa del sometimiento de la mujer. "Casi desde la infancia", escribió, "las jóvenes aprenden que el más alto objetivo en la vida es el matrimonio. Las alimentan con tantas mentiras acerca de su naturaleza sexual que la vida de estas muchas se destruyen por la frustración".
Goldman denunció su diario sufrimiento porque los hombres que la rodeaban la trataron como un objeto sexual. Casi todos los hombres con los que convivió, radicales en su mayoría, intentaron hacerla desistir de sus actividades: nunca la consideraron adecuadas para su sexo porque, para decirlo con sus propias palabras, siempre fue para ellos una "hembra".
Emma nació un #27Jun de 1869, en un gueto de la Rusia zarista. Su padre, cuya furia y cuyos golpes recordó siempre, se quejaba continuamente de que su primogénito hubiera sido una niña. Su madre vigiló su educación sexual con tradicional rigor.
Su paso por la escuela primaria fue tormentoso. Sobresalió en sus estudios pero su conducta fue deplorable, razón por la cual se le negó la admisión en la escuela secundaria.
El anarquismo brindó a Emma una base teórica para su feminismo. Comenzó a considerar el matrimonio, al que detestaba por experiencia propia, como una de las instituciones más opresivas del capitalismo y del Estado, ya que convierte a las mujeres en esclavas domésticas y en objeto sexual, limitándolas a la reproducción y a ser mano de obra barata.
El matrimonio condena a la mujer a una eterna dependencia a cambio de la seguridad económica. Emma concebía el amor como algo libre y natural. Decía... "Si alguna vez vuelvo a amar a un hombre me entregaré a él sin que nos una ni el rabino ni la ley, y cuando ese amor muera me iré sin pedir permiso".
Emma Goldman, libertaria extremista, no necesitaba pretextos para ninguna de sus acciones. Sus experimentos con las bombas, al igual que sus experimentos con el amor, reflejaron, pero no determinaron, sus ideas. Sus percepciones y sus teorías evolucionaban con su práctica.
En todas partes observó los males que afectaban a las mujeres a causa de la tan sutil como obvia discriminación. Las sufragistas ponían todas sus esperanzas en el voto; a Emma este tema no le interesaba. No eran precisamente las mujeres las que se beneficiarían con él: su opresión estaba demasiado arraigada en el estiércol del sistema. El sufragismo era un movimiento de clase media, enemigo de la Revolución.
El 28 de marzo de 1915, en Nueva York, Emma explicó, por primera vez en toda América, cómo se debía utilizar un anticonceptivo. Fue arrestada de inmediato y condenada. Margaret Anderson, desde "The Little Review", dijo: "Emma Goldman fue enviada a prisión por sostener que las mujeres no siempre deben mantener la boca cerrada y el útero abierto".
El tiempo ha demostrado que solamente las predicciones de Emma han sido las acertadas. Con el voto, las mujeres americanas alcanzaron escasa igualdad de derechos; las leyes discriminatorias no se borraron de los libros, no desapareció la doble máscara, continuó la discriminación laboral y salarial, la explotación sexual y doméstica de la mujer no se alteró y muy pronto, el movimiento feminista americano quedó marginado.
A Emma se la recuerda como una salvaje bohemia, una loca terrorista, una bruja. Murió en 1940 en Granada. Solo un pequeño grupo de americanos reconocieron que había vivido, para decirlo con las palabras del periodista William Marion Reedy, "8.000 años adelantada a su época".
Macarena Amores
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