En ocasiones, por las circunstancias que sean, las resoluciones judiciales que ponen fin a un procedimiento no resultan claras o contienen algunos errores menores… el problema es que una vez dictada la resolución, los tribunales no pueden variar las resoluciones sin más.

En estos casos, conforme al artículo 267 de la Ley Orgánica del Poder Judicial permite que aclare algún concepto oscuro y rectifique cualquier error material que contengan. Conviene destacar que esta posibilidad no permite que el tribunal o juzgador varíe el sentido de su resolución después de firmada.

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