Cualquier conversación BIM sobre un proyecto de cierta envergadura y con múltiples agentes tiene un momento para hablar, criticar o alabar el CDE con el que les ha tocado trabajar. Que si mi CDE hace esto, que si se queda corto en aquello. Que si el software debería mejorar en esto otro. Pero ¿estamos hablando realmente un CDE o estamos confundiendo un software de gestión de archivos con lo que la ISO 19650 define como CDE? Nos preguntamos hasta qué punto tenemos el CDE en el centro de los procesos. ¡Bienvenido al episodio 114 de BIMrras! El CDE es la salsa de todos los guisos en los que se cocina un plato BIM. Cualquier conversación sobre un proyecto desarrollado con metodología BIM incorpora un pequeño o amplio tiempo de debate, súplica o queja sobre como organizar la información y cómo trabajar con el CDE que nos ha tocado en suerte. Cuando nos llaman para participar en un proyecto BIM o si nos toca encabezar el equipo en una licitación, tanto si ésta recoge la obligación de proveer el CDE como si asumimos el que dispone el cliente, siempre hablamos de un software, de una solución tecnológica o de un servicio proporcionado por un tercero. Hasta el punto que habitualmente se confunde la parte (en este caso, la solución tecnológica para almacenar archivos) con el todo (el CDE como un proceso de gestión de la información según dispone la ISO 19650). En este episodio vamos a tratar de deshacer el entuerto y quitar el polvo del grano. ¿Es lo mismo un CDE que un repositorio de archivos? ¿Por qué todos hemos asumido que sí lo es? NOTA: Ningún Rafael Tenorio ha sido maltratado o herido en la realización de este episodio.

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