Siempre digo lo mismo: no podemos controlar casi nada de lo que sucede, lo que sí podemos controlar es nuestra actitud, es decir, qué hacemos con eso que no podemos controlar. Y sé que va a ser incómodo leerlo, pero alguien te lo tiene que decir: cómo vivís tu vida y la gran mayoría de lo que te sucede, es responsabilidad tuya. Pero, así como te digo una cosa, te digo otra: la buena noticia, como ya sabés, es que siempre tenemos la posibilidad de hacer conscientes nuestros pensamientos y nuestras acciones; y que, gracias a la neuroplasticidad, podemos cambiar esos pensamientos y accionares,  para mejorar nuestras vidas. 
Todo lo que vivimos y también lo que nos decimos, nos hace crear distintas narrativas internas, distintos relatos en los cuales podemos ocupar dos roles: el de la víctima o el de la protagonista. Y cada vez que (nos) hablamos, construimos nuestra propia realidad. Si nuestro rol es el de víctima, es decir, el de quien se ve afectada por circunstancias externas, nos desligamos un poquito de la responsabilidad, sí. ¿Pero sabés de qué más nos desligamos? De nuestro poder personal, de nuestra propia capacidad de generar el cambio. Solo creemos que la mejora y el progreso dependen de algo ajeno. 
Por eso en el episodio de hoy de Bienestar Online me gustaría que juntas comencemos a repensar de qué manera podemos salir del rol de víctima para poder ser las protagonistas de nuestras vidas. El primer paso es la toma de consciencia y por más incómoda que sea, te aseguro que sólo es la llave para abrir las puertas a una nueva manera de ver la vida. 
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