18 DE AGOSTO Proverbios 25:21-22 Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan, Y si tuviere sed, dale de beber agua; Porque ascuas amontonarás sobre su cabeza, Y Jehová te lo pagará. Deja que Dios controle toda situación. ¿Cual es tu reacción natural cuando alguien te está haciendo mal? Lo normal es responder igual o incluso desear que sufran. Pero el texto de hoy nos enseña otro camino: el de la misericordia. ¿Cómo te trató Dios cuando no le conocías y no le amabas? ¿Cómo trato tu pecado? Con misericordia, y quiere que tú hagas lo mismo con aquellos que te hacen mal. En la Biblia vemos en caso de Jonás (Jonás capitulo 1 en adelante) que no quiso obedecer y hablar a las personas malas, ni desearles bien, porque creía que no lo merecían y terminó huyendo, aunque luego y debido a las circunstancias, se arrepintió y lo hizo. ¿Y tú? ¿Cómo estás reaccionando? ¿Estás manifestado amor aún en los momentos más difíciles? Dar pan y agua a un enemigo no es debilidad, sino fortaleza espiritual. Es demostrar que nuestro corazón está gobernado por Dios y no por el rencor. La frase “ascuas amontonarás sobre su cabeza” no habla de venganza disfrazada, sino del efecto que produce la bondad en quien obra con odio: le confronta, le avergüenza, y puede llevarlo al arrepentimiento. La última palabra la tiene Dios y Él tiene la venganza, por lo que debemos confiar en Él y hacer bien nuestra parte. Tu enemigo tiene el mismo derecho que tú a encontrar a Dios y ¿No es eso lo mejor que le puede pasar? El amor verdadero desarma al odio. Además, Dios mismo promete recompensa: “Jehová te lo pagará”. El Señor se encarga de hacer justicia, mientras tú caminas en obediencia y reflejas su carácter. ¿Alguien que te ha herido o rechazado? En lugar de devolver mal por mal, ora por esa persona y ponla en las manos de Dios y deja que Él haga justicia. Demuestra amor, haz gestos sencillos de bondad: una palabra amable, una ayuda práctica, una actitud respetuosa. No permitas que el mal venza. Romanos 12:21 dice: "No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal" ¿Lo harás? Recuerda que tu recompensa no viene de los hombres, sino de Dios. Oración: Ven delante de Dios y pídele que ayúdame a vencer el mal con el bien y a mostrar su Amor siempre. ¡Que tú vida sea un reflejo de su Gracia y Misericordia! Dios te bendiga. ¡Que tengas un buen día! Amén. DTA

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