12 DE AGOSTO Proverbios 25:11-12 Manzana de oro con figuras de plata Es la palabra dicha como conviene. Como zarcillo de oro y joyel de oro fino Es el que reprende al sabio que tiene oído dócil. El poder de las palabras. ¿Quién de nosotros no ha dicho algo en el peor momento o en el menos oportuno? Cómo personas, todos nos equivocamos y tenemos que pedir perdón, aunque a veces el daño es irreparable, rompiéndose relaciones y amistades. Las palabras hieren, pero también pueden ser como un bálsamo que traen descanso. Debemos eliminar de nuestra vida, la crítica, la dureza del corazón, y la falta de perdón y que nuestras palabras estén sazonadas de amor misericordia y paz. ¡Qué increíble efecto tiene la palabra correcta en el momento apropiado! Salomón la asemeja a una obra de arte, una joya preciosa que no solo adorna, sino que también edifica. ¿Son tus palabras adecuadas siempre? Te invito a que pienses en ello. Mateo 12:35-36 dice: "El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio" Yo quiero que mis palabras estén sazonadas con sal y que de mi corazón y mi boca, salga palabra de vida para edificación y no para destrucción. Por otro lado, el texto también nos habla de tener un oído dócil para escuchar, lo cual es importante antes de hablar, pero también para recibir. Hoy tenemos tres retos: -Llenar nuestro corazón de cosas buenas como el estudio de la Biblia, para que de nuestra boca puedan salir palabras correctas. -Cuidar nuestras palabras, para que sean como joyas y no como puñales. -Y escuchar atentamente y dejar que la palabra corrija y cambie nuestras vidas. ¿Lo harás? Oración: Ven delante de Dios y pídele que te ayude a dar buenas palabras en el momento apropiado. Pídele también que te ayude a escuchar y a estudiar su Palabra para que tu corazón rebose sabiduría y paz. Dios te bendiga. ¡Que tengas un buen día! Amén. . Resumen: El texto, "El Poder de la Palabra Hablada", enfatiza la profunda influencia de nuestras palabras, equiparándolas a preciosas joyas o, por el contrario, a puñales hirientes. Se subraya la importancia de la intención y el momento al hablar, inspirándose en Proverbios para destacar cómo las palabras apropiadas pueden edificar y traer sanación, mientras que las inapropiadas pueden causar daño irreparable. La fuente también hace hincapié en la responsabilidad de nuestras expresiones, citando Mateo para recordar que cada palabra tiene peso. Además, el autor insta a la autoevaluación y al auto-mejoramiento, animando a los lectores a cultivar un corazón lleno de bondad a través del estudio bíblico para que sus palabras sean siempre de edificación. Finalmente, se destaca la importancia de escuchar con atención y humildad, permitiendo que la palabra recibida también corrija y transforme la vida.

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