Todos debemos tener metas en la vida, al inicio de cada año nos ponemos metas para asegurar que podamos crecer, pero antes de plantearnos las metas de ese año ya respondimos a las preguntas: ¿Qué me apasiona? ¿Qué deseo para mi vida? ¿Quién deseo ser? ¿Qué desea Dios para mi vida?  Es que definir metas de crecimiento sin antes definir quién eres, en quien te quieres convertir y lo que deseas para tu vida, es poner metas que no te llevaran a ningún lado, pues las metas pueden acercarte a tus objetivos o alejarte de ellos. Además, recuerda que la palabra nos enseña que: El hombre propone y Dios dispone. Todo el mundo cree hacer lo mejor, pero Dios juzga las intenciones. Deja en manos de Dios todo lo que haces, y tus proyectos se harán realidad. Todo lo que Dios hace tiene un propósito (Prov. 16: 1-3) Te comparto 5 errores frecuentes a la hora de definir las metas:

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