Lo Facil Que Es El Morir Por Tu Propia Boca

07/08/2018 18 min
Lo Facil Que Es El Morir Por Tu Propia Boca

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Síntesis del Episodio

Hola! Muy Buenos dias muy buenas tardes o muy buenas noches!! Que importa la hora, que importa en lugar del mundo en donde te encuentres porque Apuesta por ti llegara a ti siempre asi que Simplemente bienvenidos y deceando lo mejor para ti. Te Saluda tu amiga Karla de Atrevete a Saber.com, y si con toda la alegria y actitud te sigo agradeciendo el que sigas escuchando Apuesta por ti el podcast que la unica finalidad que tiene es que tengas una semana llena de cosas positivas y de motivacion en tu dia a dia y no quiero dejar de invitarte a que te suscribas para que no pierdas ningun episodio que hago con todo mi Corazon para sumar a tu vida y a la mia.
Hoy tengo un tema super maravilloso que se que te encantara porque a mi me encanto como todos,.. porque no lo se.. tu solo al escucharlo me daras la razon….
Ahora
Imagínete que eres el conductor de un autobús con muchos pasajeros. Los pasajeros son pensamientos, sentimientos, recuerdos y todas esas cosas que tienes en tu vida. Es un autobús con una única puerta de entrada, y sólo de entrada. Algunos de los pasajeros son muy desagradables y con una apariencia peligrosa.
Mientras conduces el autobús algunos pasajeros comienzan a amenazarte diciéndote lo que tiene que hacer, dónde tienes que ir, ahora gira a la derecha, ahora ve más rápido, etc., incluso te insultan y desaniman, eres un mal conductor, un fracasado, nadie te quiere… tu te siente muy mal y hace casi todo lo que le piden para que se callen, se vayan al fondo del autobús durante un rato y así te dejen conducir tranquilo.
Pero algunos días te cansas de sus amenazas, y quieres echarlos del autobús, pero no puedes y discutes y te enfrentas con ellos. Sin darte cuenta, la primera cosa que has hecho es parar, has dejado de conducir y ahora no estás yendo a ninguna parte. Y además los pasajeros son muy fuertes, resisten y tu no puedes bajarlos del autobús. Así que resignado vuelves a tu asiento y conduces por donde ellos mandan para aplacarlos.
De esta forma, para que no te molesten y no sentirte mal empiezas a hacer todo lo que dicen y a dirigir el autobús por dónde te dicen para no tener que discutir con ellos ni verlos. tu haces lo que le ordenan y cada vez lo haces antes, pensando en sacarlos de su vida. Muy pronto, casi sin darse cuenta, ellos ni siquiera tendrán que decirle “gire a la izquierda”, sino que tu girarás a la izquierda para evitar que los pasajeros se echen sobre ti y te amenacen.
Así, sin tardar mucho, empezarás a justificar tus decisiones de modo que casi cree que ellos no están ya en el autobús y convenciéndote de que estás llevando el autobús por la única dirección posible. El poder de estos pasajeros se basa en amenazas del tipo “si no haces lo que te decimos, apareceremos y haremos que nos mires, y te sentirás mal”. Pero eso es todo lo que pueden hacer. Es verdad que cuando aparecen estos pasajeros, pensamientos y sentimientos muy negativos, parece que pueden hacer mucho daño, y por eso tu acepta el trato y haces lo que le dicen para que le dejen tranquilo y se vayan al final del autobús donde no les pueda ver.
¡Intentando mantener el control de los pasajeros, en realidad has perdido la dirección del autobús¡ Ellos no giran el volante, ni manejan el acelerador ni el freno, ni deciden dónde parar. El conductor eres tu, de ti depende como lo manejaras y hacia donde lo dirijes, . Que no decidan tus pasajeros por ti.

Quizás alguna vez te hayas parado a pensar en que nunca dejas de hablar contigo mismo. Ese diálogo interno es el que nos permite integrar y dar sentido a los hechos que acontecen a nuestro alrededor.
Aunque nos puede dar la sensación de que esos pensamientos tal como vienen se van, lo cierto es que se sucede una constante interacción entre ellos y cómo actuamos, cómo sentimos y cómo reacciona nuestro entorno.
Las personas controlamos, en gran medida, nuestro propio destino sintiendo y actuando conforme a nuestros valores y creencias.
Las consecuencias emocionales y de comportamiento se activan a partir de esas creencias o pensamientos que surgen en nuestro diálogo interno.
Nuestra sociedad, nuestra familia y, en general, nuestro entorno nos adoctrina de tal modo que llegamos a creer una serie de ideas supersticiosas o sin sentido, las cuales nos trastornan emocionalmente.
Por ejemplo, la necesidad de tener la aprobación de los demás a toda costa, lo terrible que es que las cosas no vayan como queremos, la creencia de que la felicidad puede lograrse por inercia o inacción, etc. Así, es frecuente que en nuestro diálogo interno pronunciemos algunas de las frases que nunca deberíamos decirnos: