Escuchar "El Respeto y Los Intentos de Conexion Emocional"
Síntesis del Episodio
Hola hola que tal? Bienvenidos a tu podcast apuesta por ti Te Saluda tu amiga Karla de Atrevete a Saber, y si con toda la alegria y actitud te sigo agradeciendo el que sigas escuchandome y que vayas conmigo en este proceso de aprendisaje y ensenanza, y no quiero dejar de invitarte a que te suscribas para que no pierdas ningun episodio que lo hago con todo mi Corazon para sumar a mi vida y a la tuya.
Hoy hablare de un tema muy particular, que es el respeto asia las de mas personas, Muchas veces nos preguntamos, si una situación que es tan evidente para nosotros, por qué no lo es para otra persona. El ser humano tiende a creer que todos vemos lo mismo en determinada situación. Esto es una falacia, en otras palabras una mentira, En realidad, no es común a todos, no depende de lo que “veamos” sino de lo que miremos.
Encontre algo que me hace mucho sentido, espero y te lo haga ati y sin jusgar y sin ofender a nadien te lo comparto, ojo una vez mas aclaro que esto hace sentido para mi, mas no quiere decir que lo tenga para ti…..
Porque el respeto ajeno es la paz?
Empecemos con los hombres. El cerebro de los hombres es único: está compuesto de pequeñas cajas, y tienen cajas para cada cosa. Una caja para el automóvil, otra para el dinero, una caja para el trabajo, y otra para su pareja: también una para los niños e incluso una para sus madre. Tienen cajas por todas partes, y en este orden hay también una regla importante: las cajas no deben tocarse entre sí. Cuando un hombre discute acerca de algún tema, él va, busca la caja, la trae y habla sólo de lo que está en esa caja. Luego la cierra, y la pone en su lugar, eso sí, con mucho cuidado para que no llegue a tocar otra caja. Me sigues hasta ahi??? Continuemos….
El cerebro de las mujeres es diferente al cerebro de los hombres. El cerebro de las mujeres es una gran maraña de cables en la que todo está conectado con todo: el dinero está conectado al automóvil, el automóvil está conectado al trabajo y el dinero está conectado a su madre. Todo está interrelacionado. Es como un tipo de internet de alta velocidad que funciona gracias a una fuerza llamada "emociones". Esa es una de las razones por las que las mujeres tienden a recordarlo todo. Por eso cualquier cosa relacionada con las emociones se graba en la memoria de las mujeres y ellas lo recuerdan toda la vida. Lo mismo sucede con los hombres, pero con muy poca frecuencia porque sinceramente... les da igual.
Ah, y lo más importante: en el cerebro del hombre hay una caja de cuya existencia la mayoría de las mujeres no tiene ni idea. Es una caja en la que no hay nada. Es verdad, hasta se llama “La caja vacía“. De todas las cajas en el cerebro de los hombres esa es su favorita. Sí él pudiera estar en esa caja todo el día, lo haría. Por eso es que, por ejemplo, si van de pesca a sentarse y mirar a un punto, o ven televisión. Muchas mujeres no podemos hacer eso. No entendemos qué es eso que hay en ”la caja vacía". ¡Y no hay nada que moleste más a una mujer que ver a un hombre que no hace nada!
En lo personal al principio me dio risa esto cuando lo leeia, mas ya que me profundisaba en el tema me hizo sentido porque no solo conosco a un hombre.. conosco muchos, y si, la mayoria a desmostrado esas cajas en conversaciones, en acciones y en resultados. Me dirijo a los hombres porque soy Mujer, mas sin embargo tambien me da sentido lo de las mujeres porque como ya lo dije soy una y me identifico con ello.
Es aqui donde entra el respeto asia a los de mas y sin dejar a un lado a los jovenes y niños, al fin de acabo no dejan de ser Hombres y Mujeres
Lo que hace entretenida la existencia es que todos los seres humanos somos diferentes. Cada uno es un producto único en el Universo. Nadie tiene tus mismos pensamientos, sentimientos ni percepciones. Esta diversidad permite aprender unos de otros.
Por este motivo, no es posible encontrar a alguien que comparta exactamente tus ideas. Podrá aproximarse mucho, pero nunca será igual. Y la mayoría, tendrá ideas diferentes. ¡Y a cada cual le gusta tener sus propios conceptos!
Para relacionarse con los demás necesariamente hay que conciliar y ceder algo. Al no ser idénticos, hay que conversar para ponerse de acuerdo en acciones comunes. Si tratas de imponer tus ideas, tu éxito será pobre. Los demás se resistirán a ceder.
Si quieres que los demás se unan a tus ideas, comienza destacando lo que se comparte. Pon énfasis en lo que están de acuerdo y no le des mucha importancia a los desacuerdos. No critiques al otro ni le hagas sentir inferior.
Si deseas que tu oponente vea las cosas desde tu punto de vista, plantea más bien indirectas: algunos piensan que..., tal vez se podría ver desde otro ángulo..., ¿no crees que se puede tomar este otro camino?... La mayoría de las veces este es un método mucho más efectivo que obligar a pensar al otro como tú piensas. Escúchalo sinceramente y seguramente aprenderás nuevas alternativas para realizar tus metas.
No pensamos todos igual porque cada uno de nosotros tiene y vive en su realidad individual en base a las experiencias de vida. Y estas son únicas, determinan nuestros anteojos particulares y conforman nuestra personalidad, nuestra forma de ser en un mundo plagado de realidades individuales que tiñen, modifican y manipulan la realidad común.
Tratar con cariño es el mejor signo de respeto hacia los demás. Es sinónimo de bondad, de amabilidad, de respeto y de amor. Porque, ¿qué sentido tendría que no tratásemos con cariño a aquellas personas que amamos? La respuesta es sencilla: ninguno.
Pero esta afirmación tan aplastante muchas veces no es sinónimo de realidad. De hecho se nos olvida con facilidad la importancia de tratar con delicadeza, de posar nuestras manos emocionales sobre los demás y dedicar actos y palabras de cariño en el día a día.
Malas contestaciones, faltas de respeto, impertinencias, gritos, exigencias… Seguramente cada una de estas reacciones está demasiado presente en nuestras relaciones y en nuestra manera de interactuar.
Una palabra, una pregunta, un gesto, una mirada, un roce… Cualquier expresión constituye un intento de conexión emocional con el que venimos a decir “Quiero sentirme conectado a ti”. En base a esto recibiremos una respuesta positiva o negativa a nuestra solicitud.
Si nos paramos a pensar, es abrumadora la frecuencia con la que ignoramos o damos respuestas desagradables ante estos intentos de conexión. De ahí la importancia de aprender a tratar con cariño, a tocar con respeto a los demás.
Así, los intentos de conexión emocional serían mucho más fructíferos si supiésemos reconocer las necesidades emocionales de los demás. Muchas peleas son consecuencia de malas interpretaciones y de la sensación de desconexión que pueden evitarse con una conversación.
Al no conversar desde el respeto con los demás nuestras relaciones se marchitan y se deterioran. Conversaciones sin mantener, gestos de cariño sin atender, peleas, falta de empatía, etc. Cuando dejamos de lado la importancia de conectar, solemos propulsar nuestro propio aislamiento, nuestra insatisfacción y nuestra inestabilidad.
He aqui algunas respuestas a los intentos de conexión emocional
Las relaciones completas y satisfactorias no se consiguen de un día para otro, sino que necesitan desarrollarse poco a poco con múltiples gestos que forjen una estabilidad y un cariño en nuestros patrones de interacción.
digamos que cada día y con cada pequeño gesto vamos colocando ladrillos en nuestro castillo y que, por supuesto, esos intercambios constituyen los pilares de la información emocional que alimenta nuestro afecto.
Las respuestas positivas conducen a una interacción continuada y saludable. Constituyen el toque a toque maestro de un partido de ping pong en el que ambos participantes juegan con gusto. Sin embargo, las respuestas negativas cancelan cualquier intento de conexión. O sea, si uno lanza la pelota y el otro no mueve su pala, el partido se acabó.
En resumen, tenemos varias opciones para responder a los intentos de conexión y, conforme a ellas, jugaremos durante más o menos tiempo al ping pong. Veamos qué maneras tenemos de responder ante un gesto por parte de los demás:
Responder con empatía al otro: por ejemplo, cuando una persona hace un comentario gracioso y la otra se ríe. Si fomentamos este tipo de conexiones obtendremos como recompensa relaciones duraderas y llenas de buenas sensaciones.
Responder con hostilidad: a las personas que responden con hostilidad se les puede llamar discutidoras. Usar este tipo de contestaciones denota sarcasmo y desprecio. Un ejemplo sería: “Me gustaría comprarme un coche” y la respuesta hostil: “Con tu sueldo ni lo sueñes”.
Ignorar al otro: esto es sinónimo de no hacer caso a las actitudes del otro, lo cual obviamente destruye nuestras relaciones.
El respeto exige un trato amable y cortés; el respeto es la esencia de las relaciones humanas, de la vida en comunidad, del trabajo en equipo, de la vida conyugal, de cualquier relación interpersonal. El respeto es garantía absoluta de transparencia.
El respeto crea un ambiente de cordialidad y seguridad; permite la aceptación de las limitaciones ajenas y el reconocimiento de las virtudes de los demás. Evita las ofensas y las ironías; no deja que la violencia se convierta en el medio para imponer criterios. El respeto conoce la autonomía de cada ser humano y acepta complacido el derecho a ser diferente.
El respeto es la posibilidad de aceptar tus defectos y tus virtudes sin poner en tela de juicio lo que ves en los demás, porque jamás obtendrás de otros lo que no eres capaz de darte tu mismo, ya que en la medida que lo logres serás capaz de otorgarlo a los demás.
Por qué es importante respetarse unos con otros?
Porque las diferencias del mundo, un planeta rico en pensamientos, opiniones y perspectivas. Sería muy aburrido que todos pensaran igual.
Porque si nadie aceptara las diferencias con las demás personas, no podrían relacionarse ni convivir en orden y armonía.
Por el simple hecho de que todos, por ser seres humanos, tienen el derecho de ser respetados.
Para obtener respeto por parte de los que te rodean, es imprescindible que tú los respetes del mismo modo. Nunca exijas algo que no puedas dar.
El respeto, debe ser nuestra mejor relación con los demás, sería una agradable forma de conducirte por la vida, pero aunque no lo parezca, respetar a los demás es relativamente difícil. Tal vez por la forma en que se nos ha enseñado a relacionarnos con los demás, que a veces tritura esta virtud desde sus comienzos, pero trata de cultivar en tu corazón el respeto, poco a poco, aliméntalo con el ejercicio constante del mismo, y verás lo bien que te sentirás contigo mismo, a veces tambalearás, y pensarás que no lo lograrás, pero manténte firme, y al final Dios sabrá recompensar tu esfuerzo, hay tanto en la palabra respeto y en su ejercicio, que preferiría lo meditaran ustedes mismo y sacaran sus propias conclusiones.
Que alguien tenga un defecto, que diga o haga cosas improcedentes no lo condena como persona, siempre podemos recapacitar o cambiar nuestra actitud o comportamiento. Por lo tanto, no rechaces, discrimines o maltrates a otros porque no hacen lo que tú deseas o esperas, ten más paciencia y comprensión. Sólo somos diferentes en lo fisíco. Llegamos a este mundo con limitaciones y condiciones más o menos difíciles para superar, resolver y de las cuales aprender, en eso radica todo. Acepta a los demás con sus defectos y cualidades sin juzgarlos con ligereza.
Tratar con cariño a las personas que apreciamos no debe ser una excepción, sino una regla. Muchas veces descuidamos estos detalles y maltratamos nuestra relación, la cual se deteriora sin remedio.
Así que pongámonos las pilas y cuidemos las respuestas que damos en nuestro día a día. No dejemos que se alimenten los malos gestos y atendamos a los intentos de conexión emocional como debemos, con respeto y tolerancia
Todos somos iguales porque tenemos los mismos derechos y, a la vez, todos tenemos diferencias que forman parte de nuestro origen o de nuestra historia personal.
Cada persona tiene sus propias emociones, cultura, lengua, en fin, una serie de valores que conforman la propia identidad. Cada persona es una ser único.
Los hombres y las mujeres, en tanto que seres humanos, somos iguales, y esto hace que tengamos las mismas necesidades y los mismos derechos: a la educación, al trabajo, a un trato digno, a ser valorados, al respeto a nuestras ideas y decisiones, a ser libres.
Pero nos diferencian nuestras costumbres, nuestra forma de vestirnos, nuestros gustos, la forma de hablar, de pensar, las creencias religiosas, la edad, e incluso aquellas cosas en las que cada uno de nosotros destaca por encima de los otros. Y todas esas diferencias nos hacen ser personas únicas.
Pero lo que a mí me parece evidente es que, por encima de todas las diferencias, nuestro valor como personas es el mismo.
Hoy hablare de un tema muy particular, que es el respeto asia las de mas personas, Muchas veces nos preguntamos, si una situación que es tan evidente para nosotros, por qué no lo es para otra persona. El ser humano tiende a creer que todos vemos lo mismo en determinada situación. Esto es una falacia, en otras palabras una mentira, En realidad, no es común a todos, no depende de lo que “veamos” sino de lo que miremos.
Encontre algo que me hace mucho sentido, espero y te lo haga ati y sin jusgar y sin ofender a nadien te lo comparto, ojo una vez mas aclaro que esto hace sentido para mi, mas no quiere decir que lo tenga para ti…..
Porque el respeto ajeno es la paz?
Empecemos con los hombres. El cerebro de los hombres es único: está compuesto de pequeñas cajas, y tienen cajas para cada cosa. Una caja para el automóvil, otra para el dinero, una caja para el trabajo, y otra para su pareja: también una para los niños e incluso una para sus madre. Tienen cajas por todas partes, y en este orden hay también una regla importante: las cajas no deben tocarse entre sí. Cuando un hombre discute acerca de algún tema, él va, busca la caja, la trae y habla sólo de lo que está en esa caja. Luego la cierra, y la pone en su lugar, eso sí, con mucho cuidado para que no llegue a tocar otra caja. Me sigues hasta ahi??? Continuemos….
El cerebro de las mujeres es diferente al cerebro de los hombres. El cerebro de las mujeres es una gran maraña de cables en la que todo está conectado con todo: el dinero está conectado al automóvil, el automóvil está conectado al trabajo y el dinero está conectado a su madre. Todo está interrelacionado. Es como un tipo de internet de alta velocidad que funciona gracias a una fuerza llamada "emociones". Esa es una de las razones por las que las mujeres tienden a recordarlo todo. Por eso cualquier cosa relacionada con las emociones se graba en la memoria de las mujeres y ellas lo recuerdan toda la vida. Lo mismo sucede con los hombres, pero con muy poca frecuencia porque sinceramente... les da igual.
Ah, y lo más importante: en el cerebro del hombre hay una caja de cuya existencia la mayoría de las mujeres no tiene ni idea. Es una caja en la que no hay nada. Es verdad, hasta se llama “La caja vacía“. De todas las cajas en el cerebro de los hombres esa es su favorita. Sí él pudiera estar en esa caja todo el día, lo haría. Por eso es que, por ejemplo, si van de pesca a sentarse y mirar a un punto, o ven televisión. Muchas mujeres no podemos hacer eso. No entendemos qué es eso que hay en ”la caja vacía". ¡Y no hay nada que moleste más a una mujer que ver a un hombre que no hace nada!
En lo personal al principio me dio risa esto cuando lo leeia, mas ya que me profundisaba en el tema me hizo sentido porque no solo conosco a un hombre.. conosco muchos, y si, la mayoria a desmostrado esas cajas en conversaciones, en acciones y en resultados. Me dirijo a los hombres porque soy Mujer, mas sin embargo tambien me da sentido lo de las mujeres porque como ya lo dije soy una y me identifico con ello.
Es aqui donde entra el respeto asia a los de mas y sin dejar a un lado a los jovenes y niños, al fin de acabo no dejan de ser Hombres y Mujeres
Lo que hace entretenida la existencia es que todos los seres humanos somos diferentes. Cada uno es un producto único en el Universo. Nadie tiene tus mismos pensamientos, sentimientos ni percepciones. Esta diversidad permite aprender unos de otros.
Por este motivo, no es posible encontrar a alguien que comparta exactamente tus ideas. Podrá aproximarse mucho, pero nunca será igual. Y la mayoría, tendrá ideas diferentes. ¡Y a cada cual le gusta tener sus propios conceptos!
Para relacionarse con los demás necesariamente hay que conciliar y ceder algo. Al no ser idénticos, hay que conversar para ponerse de acuerdo en acciones comunes. Si tratas de imponer tus ideas, tu éxito será pobre. Los demás se resistirán a ceder.
Si quieres que los demás se unan a tus ideas, comienza destacando lo que se comparte. Pon énfasis en lo que están de acuerdo y no le des mucha importancia a los desacuerdos. No critiques al otro ni le hagas sentir inferior.
Si deseas que tu oponente vea las cosas desde tu punto de vista, plantea más bien indirectas: algunos piensan que..., tal vez se podría ver desde otro ángulo..., ¿no crees que se puede tomar este otro camino?... La mayoría de las veces este es un método mucho más efectivo que obligar a pensar al otro como tú piensas. Escúchalo sinceramente y seguramente aprenderás nuevas alternativas para realizar tus metas.
No pensamos todos igual porque cada uno de nosotros tiene y vive en su realidad individual en base a las experiencias de vida. Y estas son únicas, determinan nuestros anteojos particulares y conforman nuestra personalidad, nuestra forma de ser en un mundo plagado de realidades individuales que tiñen, modifican y manipulan la realidad común.
Tratar con cariño es el mejor signo de respeto hacia los demás. Es sinónimo de bondad, de amabilidad, de respeto y de amor. Porque, ¿qué sentido tendría que no tratásemos con cariño a aquellas personas que amamos? La respuesta es sencilla: ninguno.
Pero esta afirmación tan aplastante muchas veces no es sinónimo de realidad. De hecho se nos olvida con facilidad la importancia de tratar con delicadeza, de posar nuestras manos emocionales sobre los demás y dedicar actos y palabras de cariño en el día a día.
Malas contestaciones, faltas de respeto, impertinencias, gritos, exigencias… Seguramente cada una de estas reacciones está demasiado presente en nuestras relaciones y en nuestra manera de interactuar.
Una palabra, una pregunta, un gesto, una mirada, un roce… Cualquier expresión constituye un intento de conexión emocional con el que venimos a decir “Quiero sentirme conectado a ti”. En base a esto recibiremos una respuesta positiva o negativa a nuestra solicitud.
Si nos paramos a pensar, es abrumadora la frecuencia con la que ignoramos o damos respuestas desagradables ante estos intentos de conexión. De ahí la importancia de aprender a tratar con cariño, a tocar con respeto a los demás.
Así, los intentos de conexión emocional serían mucho más fructíferos si supiésemos reconocer las necesidades emocionales de los demás. Muchas peleas son consecuencia de malas interpretaciones y de la sensación de desconexión que pueden evitarse con una conversación.
Al no conversar desde el respeto con los demás nuestras relaciones se marchitan y se deterioran. Conversaciones sin mantener, gestos de cariño sin atender, peleas, falta de empatía, etc. Cuando dejamos de lado la importancia de conectar, solemos propulsar nuestro propio aislamiento, nuestra insatisfacción y nuestra inestabilidad.
He aqui algunas respuestas a los intentos de conexión emocional
Las relaciones completas y satisfactorias no se consiguen de un día para otro, sino que necesitan desarrollarse poco a poco con múltiples gestos que forjen una estabilidad y un cariño en nuestros patrones de interacción.
digamos que cada día y con cada pequeño gesto vamos colocando ladrillos en nuestro castillo y que, por supuesto, esos intercambios constituyen los pilares de la información emocional que alimenta nuestro afecto.
Las respuestas positivas conducen a una interacción continuada y saludable. Constituyen el toque a toque maestro de un partido de ping pong en el que ambos participantes juegan con gusto. Sin embargo, las respuestas negativas cancelan cualquier intento de conexión. O sea, si uno lanza la pelota y el otro no mueve su pala, el partido se acabó.
En resumen, tenemos varias opciones para responder a los intentos de conexión y, conforme a ellas, jugaremos durante más o menos tiempo al ping pong. Veamos qué maneras tenemos de responder ante un gesto por parte de los demás:
Responder con empatía al otro: por ejemplo, cuando una persona hace un comentario gracioso y la otra se ríe. Si fomentamos este tipo de conexiones obtendremos como recompensa relaciones duraderas y llenas de buenas sensaciones.
Responder con hostilidad: a las personas que responden con hostilidad se les puede llamar discutidoras. Usar este tipo de contestaciones denota sarcasmo y desprecio. Un ejemplo sería: “Me gustaría comprarme un coche” y la respuesta hostil: “Con tu sueldo ni lo sueñes”.
Ignorar al otro: esto es sinónimo de no hacer caso a las actitudes del otro, lo cual obviamente destruye nuestras relaciones.
El respeto exige un trato amable y cortés; el respeto es la esencia de las relaciones humanas, de la vida en comunidad, del trabajo en equipo, de la vida conyugal, de cualquier relación interpersonal. El respeto es garantía absoluta de transparencia.
El respeto crea un ambiente de cordialidad y seguridad; permite la aceptación de las limitaciones ajenas y el reconocimiento de las virtudes de los demás. Evita las ofensas y las ironías; no deja que la violencia se convierta en el medio para imponer criterios. El respeto conoce la autonomía de cada ser humano y acepta complacido el derecho a ser diferente.
El respeto es la posibilidad de aceptar tus defectos y tus virtudes sin poner en tela de juicio lo que ves en los demás, porque jamás obtendrás de otros lo que no eres capaz de darte tu mismo, ya que en la medida que lo logres serás capaz de otorgarlo a los demás.
Por qué es importante respetarse unos con otros?
Porque las diferencias del mundo, un planeta rico en pensamientos, opiniones y perspectivas. Sería muy aburrido que todos pensaran igual.
Porque si nadie aceptara las diferencias con las demás personas, no podrían relacionarse ni convivir en orden y armonía.
Por el simple hecho de que todos, por ser seres humanos, tienen el derecho de ser respetados.
Para obtener respeto por parte de los que te rodean, es imprescindible que tú los respetes del mismo modo. Nunca exijas algo que no puedas dar.
El respeto, debe ser nuestra mejor relación con los demás, sería una agradable forma de conducirte por la vida, pero aunque no lo parezca, respetar a los demás es relativamente difícil. Tal vez por la forma en que se nos ha enseñado a relacionarnos con los demás, que a veces tritura esta virtud desde sus comienzos, pero trata de cultivar en tu corazón el respeto, poco a poco, aliméntalo con el ejercicio constante del mismo, y verás lo bien que te sentirás contigo mismo, a veces tambalearás, y pensarás que no lo lograrás, pero manténte firme, y al final Dios sabrá recompensar tu esfuerzo, hay tanto en la palabra respeto y en su ejercicio, que preferiría lo meditaran ustedes mismo y sacaran sus propias conclusiones.
Que alguien tenga un defecto, que diga o haga cosas improcedentes no lo condena como persona, siempre podemos recapacitar o cambiar nuestra actitud o comportamiento. Por lo tanto, no rechaces, discrimines o maltrates a otros porque no hacen lo que tú deseas o esperas, ten más paciencia y comprensión. Sólo somos diferentes en lo fisíco. Llegamos a este mundo con limitaciones y condiciones más o menos difíciles para superar, resolver y de las cuales aprender, en eso radica todo. Acepta a los demás con sus defectos y cualidades sin juzgarlos con ligereza.
Tratar con cariño a las personas que apreciamos no debe ser una excepción, sino una regla. Muchas veces descuidamos estos detalles y maltratamos nuestra relación, la cual se deteriora sin remedio.
Así que pongámonos las pilas y cuidemos las respuestas que damos en nuestro día a día. No dejemos que se alimenten los malos gestos y atendamos a los intentos de conexión emocional como debemos, con respeto y tolerancia
Todos somos iguales porque tenemos los mismos derechos y, a la vez, todos tenemos diferencias que forman parte de nuestro origen o de nuestra historia personal.
Cada persona tiene sus propias emociones, cultura, lengua, en fin, una serie de valores que conforman la propia identidad. Cada persona es una ser único.
Los hombres y las mujeres, en tanto que seres humanos, somos iguales, y esto hace que tengamos las mismas necesidades y los mismos derechos: a la educación, al trabajo, a un trato digno, a ser valorados, al respeto a nuestras ideas y decisiones, a ser libres.
Pero nos diferencian nuestras costumbres, nuestra forma de vestirnos, nuestros gustos, la forma de hablar, de pensar, las creencias religiosas, la edad, e incluso aquellas cosas en las que cada uno de nosotros destaca por encima de los otros. Y todas esas diferencias nos hacen ser personas únicas.
Pero lo que a mí me parece evidente es que, por encima de todas las diferencias, nuestro valor como personas es el mismo.
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