“Para mí no es una sanción estar 18 meses en mi patria”, dijo Alan García en noviembre del año pasado tras dictarse una orden de impedimento de salida del país en su contra. Y al día siguiente se refugió en la residencia del embajador uruguayo en Lima.

“Nunca he pedido ni recibido coimas o sobornos, pueden investigar todo lo que quieran, los invito a hacerlo”, afirmó la exalcaldesa de Lima Susana Villarán en 2017. Dos años después, aceptó que siempre supo de los aportes a la campaña por el NO a la revocatoria por parte de Odebrecht y OAS.

Los hechos probaron que estas palabras fueron solo contradicciones, declaraciones que con el tiempo fueron cambiando sin lograr ocultar los indicios de corrupción. Lo que ha ocurrido con muchos se ha instalado en nuestras mentes como una percepción generalizada: el político es corrupto ¿Qué significa todo ello? ¿Acaso lo hemos normalizado al punto de dar por sentado esto?

Bloque 2: ¿Tener autoridades corruptas es reflejo de una sociedad corrupta?

Noam López, politólogo PUCP e investigador afiliado a grupos de investigación sobre políticas públicas, crimen y violencia. Es director de la Gestión del Conocimiento para la Seguridad del Ministerio del Interior.

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