Violadas y despojadas de toda dignidad y derechos. Eso fue lo que ocurrió con las mujeres de las comunidades de Manta y Vilca hace más de treinta años durante el periodo de violencia interna que vivió nuestro país entre los años 1980 y 2000.

Pese a que la justicia peruana les ha sido adversa, la fortaleza de estas mujeres se ha mantenido y la semana pasada se inició un nuevo juicio oral, con el que se espera una sentencia justa y que se logre reparar en cierta medida el daño causado, solo en cierta medida, porque ¿acaso es posible reparar lo irreversible?

Una situación similar viven los familiares de las 20 329 personas desaparecidas durante el conflicto armado interno. En medio del caos, madres y padres de familia no desistieron de sus esfuerzos para encontrar la verdad, para saber qué pasó con su ser querido. Después de tanto tiempo, las familias continúan en la lucha, esperando justicia y una participación más activa en el proceso de búsqueda, que para ellos no empezó con la Ley, sino al día siguiente de la desaparición.

Bloque 02: Los familiares de personas desaparecidas durante el conflicto armado interno como protagonistas de la búsqueda

Gisela Ortiz, directora del Equipo Peruano de Antropología Forense – EPAF
Gisselle Canales, directora de la Dirección de Búsqueda de personas desaparecidas del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos

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