#Siluetas #Facundo PrámparoLa cortesía es una virtud que es difícil ejercerla de manera genuina porque pareciera traer consigo, inevitablemente, el vicio de lo fingido, y sin embargo, él, se las arregla para ofrecerla de verdad y sin ese retaceo posterior de lo que no es auténtico. Todo en su actitud, cuando te recibe en un momento compartido, desprende cortesía de bienvenida. La sonrisa con que te saluda a lo lejos, la postura de su cuerpo mientras te vas y se va acercando y, finalmente, lo que te saca cualquier duda, el abrazo apretado con el que corona ese encuentro. Vaya a saber la cantidad de historias que ha logrado enhebrar en esto de andar robándole instantáneas a la gente y a sus vidas. Vaya a saber qué es lo que pasa por sus ganas cada vez que la lente de su cámara se posa en una circunstancia y decide obligarlo a retratarla. Vaya a saber qué es eso que le permite ver más allá de lo que retrata. Vaya a saber dónde fue y cómo, que se gestó esa sensibilidad que lo conecta con eso que a todos se nos pasa desapercibido pero que él es capaz de notarlo, captarlo e inmortalizarlo en cada imagen que regala.Anda los escenarios que le toca caminar siempre con el respeto puesto antes que cualquier otra cosa. Y así va, capturando retazos de otras existencias que parecen desnudarse en cientos de gestos o en muy pocos de ellos que sólo su cámara es capaz de interpretar y capturar, de esa manera tan particular.En Siluetas, hablamos con Facundo Prámparo

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