Qué le pasa a la sociedad de hoy en día, tan fría, tan individualista, tan seca? Eso me pregunto todos los días de camino a la parrilla, acompañando estos momentos de reflexión con los mejores boleros romanticos de las décadas del 30, 40, 50 y 60tas, la época dorada del amor, donde éste era tan real, tan sentido, tan enorme, libre de redes sociales y lo efímero de hoy, que sólo arruinan el verdadero cariño.
Manejo la parrilla de “Al paso” y soy el culpable de esos chinchulines crocantes y ese vacío jugoso que deleita a todo el que pase por el local, en busca de buena comida y de, por qué no, algo de buena música.
Me gusta escuchar esta música en la parrilla apenas abrimos, cuando todo está cerrado y sólos con Julieta podemos disfrutar de esas mágicas canciones y contarle a ella mis aventuras y desventuras en el amor, mis enamoramientos en el tren de camino y mi pena porque amor, verdadero amor, era el de antes.

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