"Todavía no empezaré el negocio, primero haré otro curso más, otro diplomado más, investigaré un poco más. Ya hice todo eso y me di cuenta que me faltó estudiar un poco más". Si sueles tener argumentos como estos para justificar que continuamente aplazas el iniciar algo a nivel profesional, posiblemente estés sufriendo el Síndrome del estudiante eterno. ¿Y qué es eso? Es el  temor de no estar listos para afrontar los retos laborales. En otras palabras, es vivir preparándote para un trabajo, para un proyecto, para un negocio al que nunca le pones fecha de inicio, porque bueno, nunca sabes lo suficiente para empezarlo.

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