LOS HIJOS DE JACOB | Devocionales de Academia Cristo

15/04/2023 2 min
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Síntesis del Episodio

Y viendo Jehová que Lea era odiada, abrió su matriz; más Raquel era estéril. —Génesis 29:31, Versión Moderna.Jacob conoció a Raquel cuando llegó a Harán y quiso casarse con ella. Labán, el padre deRaquel, amparado en la oscuridad, la noche de bodas sustituyó a Raquel por Lea, lahermana mayor. Al amanecer, descubierto el engaño, Jacob confrontó a Labán. Él alegó sercostumbre de ellos casar primero a la hija mayor y que Jacob podría ser el esposo de ambas.No queriendo perder a Raquel, Jacob aceptó la situación. Sin embargo no trató a Lea con elcariño que un esposo debe tratar a su esposa. Ella también fue menospreciada por suhermana Raquel, que la veía como rival. Por la misericordia divina, el corazón de Learecibió consuelo con cada hijo que ella dio a luz. Los nombres que escogió para sus hijosevidencian el dolor de tener que conformarse con ocupar un lugar secundario en el corazónde su esposo.Jacob no amó a la esposa con la que estaba casado por obligación. Para él fue más fácilamar a Raquel porque era bonita y él estaba enamorado de ella. La voluntad de Dios es quelos esposos amen a sus esposas aunque no estén enamorados de ellas. El amor de espososva más allá de la pasión enamoradiza, y crece en la fértil tierra de la estimación mutua.Jacob no estimaba a Lea como debe estimarse a la esposa (1 Pedro 3:7). El matrimonio queDios instituyó es la unión monógama entre un hombre y una mujer. Pero por causa de ladureza del corazón humano la ley mosaica reguló la poligamia para proteger a la mujer deesta forma de abuso de la que Lea fue víctima (Éxodo 21:9). Aunque hoy la poligamia esun mal menos extendido, todavía muchas esposas ocupan un lugar secundario en la vida desus esposos. Los primeros lugares los ocupan el trabajo, la profesión, el club, el automóvil,los amigos, etcétera; y, para muchos cristianos, el ministerio o el liderazgo. Ninguno puedeasegurar que ama a su esposa perfectamente como Cristo ama a la suya. Por esto somosmerecedores de toda la ira de Dios pues hemos puesto en primer lugar nuestros anhelosantes que el mandato de Dios. Cristo fue el perfecto esposo (con su esposa—la iglesia) enlugar de nosotros y en la cruz sufrió el castigo que merecemos por ser malos cónyuges. Engratitud, los varones vamos a querer amar a nuestra esposa dándole el honor que lecorresponde. Las esposas querrán hacer lo mismo con sus esposos. Los hijos con sus padreshonrándolos como tales y los padres a sus hijos no provocándoles a ira (Efesios 5:21-6:4 cf.1 Pedro 2:17).Oración:Señor, confieso que he pecado al no brindar la honra que corresponde a cada unosegún la prioridad que tu estableces. Por esto merezco la condena eterna. Pero graciasa tu Hijo tengo perdón, y en gratitud te pido: concédeme amar a mi cónyuge así comoCristo ama la iglesia. Amén.