26 de septiembreEstrés y descansoPastor Mike Novotny Deja tus dispositivos y tus devocionarios por un segundo y reflexiona conmigo. Siente ese bíceps mientras cierras el puño cerca de la oreja. ¿Sabes, mecánicamente, cómo crece ese músculo? Tienen que ocurrir dos cosas: estrés y descanso.En primer lugar, tienes que someter a tu cuerpo a un estrés intenso. No basta con acercarse el teléfono a la cara. El ejercicio tiene que ser el tipo de dolor nuevo que sacuda tu sistema y provoque desgarros microscópicos en tus músculos. En segundo lugar, necesitas descansar. Un día o dos alejado del gimnasio y un montón de proteínas y sueño permiten a tu cuerpo reparar ese desgarro de una manera que te hace más fuerte que nunca.Tu alma funciona de la misma manera. Para crecer espiritualmente, Dios tiene que ponerte en situaciones estresantes a las que no estás acostumbrado. Tiene que estirarte y forzarte a posiciones incómodas. Pero entonces -y esta es una gran verdad- Dios tiene que darte descanso, el tipo de alivio que viene a través de saber que Jesús está contigo, por ti, y trabajando a través de ti.Pablo describe así las dos partes del crecimiento: «nos regocijamos en los sufrimientos, porque sabemos que los sufrimientos producen resistencia, la resistencia produce un carácter aprobado, y el carácter aprobado produce esperanza. Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado»(en Romanos 5:3-5). Estrés y descanso. Así es como creces con Dios. Recuérdalo y podrás dar gracias a Dios en los días buenos y en los malos. Oración: Bondadoso Señor, no me es fácil pensar que en lo espiritual necesito atravesar las pruebas para ser fortalecido. Confieso que mi viejo adán se rebela contra ello. Concédeme, que en gratitud a la obediencia vicaria de tu Hijo eterno, me someta a tu benigna disciplina paternal a fin de poder crecer espiritualmente, por Jesucristo tu Hijo. Amén. 

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