Descubrimos un relevante avance en electrónica biodegradable para reducir el problema creciente de los residuos electrónicos. Investigadores del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid han fabricado un fotodetector sobre papel diseñado para disolverse en agua tras su uso sin necesidad de disolventes ni procesos de alto consumo. Este sensor está hecho con disulfuro de tungsteno y grafito, dos materiales que se reciclan con facilidad. Además, los materiales se pueden recuperar con facilidad mediante la técnica de filtrado al vacío.Hablamos con Andrés Castellanos-Gómez, investigador en el ICMM-CSIC y líder del trabajo.Escuchar audio

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