Villarquemado, Teruel en la España Barbaciada

07/12/2025 25 min Episodio 390
Villarquemado, Teruel en la España Barbaciada

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Síntesis del Episodio

​Salimos de Cinctorres huyendo de los dinosaurios antes de que nos pidan el ADN para una secuela de Spielberg, y ponemos rumbo noroeste. Abandonamos la provincia de Castellón y nos adentramos en las profundidades de Teruel, esa provincia que existe, persiste y resiste. Cogemos la N-232, una carretera que curte el espíritu, y tras enlazar con la Autovía Mudéjar (A-23), recorremos un total de 145 kilómetros para llegar a nuestro destino: Villarquemado.
​Este municipio turolense tiene, según el último recuento antes de la siesta, unos 830 habitantes. Cumple el requisito de población y el de nombre inquietante. Su gentilicio es villarquemense, que suena a gentilicio de gente formal, nada que ver con el nombre del pueblo, que invita a pensar en pirómanos.
​La teoría oficial dice que el nombre viene de que el pueblo fue incendiado en alguna guerra medieval, porque en la Edad Media si no te quemaban el pueblo cada dos martes es que no eras nadie. Pero la leyenda barbaciada, la que nos gusta, dice que en realidad se llamaba Villahermosa, pero un día se les fue de las manos la barbacoa de las fiestas patronales, se quemó hasta el apuntador, y dijeron: "Mira, le cambiamos el nombre y así nos ahorramos pintar las fachadas".
​Pero ojo, que la historia aquí tiene miga. Resulta que Villarquemado fue fundado tras la reconquista por orden de Alfonso II, un rey que se ve que tenía mucho tiempo libre para ir poniendo nombres. En el siglo XV, el pueblo ya era una localidad importante dentro de la Comunidad de Aldeas de Teruel, una especie de club social medieval pero con más olor a estiércol.
​Lo más curioso es que, haciendo honor a su nombre, en el pueblo tuvieron una sede de la Santa Inquisición. Sí, amigos, la Casa de la Inquisición todavía se conserva en la Calle Larga. Imaginaos la guasa: la Inquisición en un pueblo que se llama Villarquemado. Eso es como poner una clínica de desintoxicación en una bodega, es tentar a la suerte. Durante la Guerra de la Independencia, los franceses pasaron por allí y, como es tradición, saquearon lo que pudieron, pero se ve que el pueblo ya estaba bastante "chamuscado" de serie y no hicieron tanto daño como en otros lados. También tuvieron sus más y sus menos durante las Guerras Carlistas, donde el General Cabrera se paseaba por allí como Pedro por su casa, reclutando gente y confiscando gallinas. Vamos, que la historia de Villarquemado es una sucesión de gente pasando por allí a molestar.
​Geográficamente está en la fosa del Jiloca. Y ojo, que aquí tienen la Laguna del Cañizar, que es uno de los humedales de agua dulce más grandes del interior de España. Estuvo desecada durante siglos porque a alguien le molestaban los patos, pero la han recuperado. Ahora es el paraíso de los ornitólogos, esa gente que se viste de camuflaje para mirar a un pájaro que no hace nada.
​En cuanto al patrimonio, destaca la Iglesia de la Transfiguración del Señor, del siglo XVII. Es barroca, por supuesto. En Teruel, si levantas una piedra, sale una iglesia barroca y dos amantes tontos. También tienen la Ermita de la Purísima, que es donde van a pedir que no hiele, aunque siendo Teruel, hiela hasta en agosto.
​Pero lo verdaderamente "barbaciado" de Villarquemado es su relación con el Chopo Cabecero. Tienen una ruta dedicada a estos árboles, que son chopos a los que se les ha podado la cabeza tantas veces que parecen un personaje de Tim Burton. Tienen chopos centenarios que, si hablaran, pedirían eutanasia.
​Las fiestas patronales son en agosto, por San Roque. Y aquí, amigos, la "noble tradición" no es solo la vaquilla, es el Toro de Fuego. Pero no un toro de cartón con petardos, no. Aquí la pirotecnia es religión. Si sales de las fiestas con las cejas intactas, es que no te has divertido lo suficiente.