¿Cuántas veces no te has sentido triste, sin objetivo alguno?
A veces sólo se necesita un pequeño impulso, una vocecita cercana a tu oído que celebre contigo tus logros y te diga ¡VAMOS! ¡TÚ PUEDES! ¡NO TE RINDAS!
Déjame acompañarte en tu viaje en este infinito mar en el que puedes crear diversas cosas que ni tú imaginabas.
Cierra tus ojos y déjate llevar.