Hemos estudiado a lo largo de estos dos meses Escatología, esto es, temas relacionados a los sucesos que se vienen en la humanidad, en la historia, y que marcarán de manera definitiva el cierre de una etapa y el inicio de otra.
Claro, cierre de una etapa, estas cosas presentes llegarán a su fin a través de una serie de sucesos que los hemos estudiado en estos domingos y que están relacionados con el Gobierno absoluto de Dios sobre la historia y sobre sus enemigos, la maldad del hombre, la misericordia de Dios a pesar de, entre otros. Hemos sido enfáticos en decir, con el suficiente respaldo bíblico, que el papel y misión de la Iglesia en estos tiempos es de crucial importancia en la proclamación del Evangelio de la gracia de Dios manifestada en su Hijo Jesucristo único medio de salvación para la humanidad. Es ahora el tiempo de proclamación de las Buenas Nuevas del REINO de Dios, es ahora que debemos hacerlo.
Claro, inicio de una nueva etapa, pues cuando todo el plan trazado por Dios en su Palabra se cumpla luego de los juicios finales, se dará inicio a una nueva dimensión de vida en la eternidad de Dios donde retornaremos al Gobierno absoluto de Dios en que los niños podrán pastorear al león y a la oveja en medio de juegos y alegría (figura de lenguaje de Isaías para denotar la paz y reconciliación total)
Esta mañana veremos tres sucesos determinantes y finales que deberán darse antes del fin y del nuevo comienzo: la instauración del milenio literal del Cordero en la tierra junto con su Pueblo, el juzgamiento final de Satanás y sus seguidores y la apertura de la Nueva Jerusalén como la ciudad de Dios. Estos serán los últimos tres actos divinos antes del inicio de lo que algunos llaman “el segundo Edén”
Herman@s en toda la serie hemos enfatizado que estas revelaciones que recibió Juan en Patmos fueron dadas para motivar la esperanza de aquell@s herman@s que sufrían bajo el Imperio Romano por haber decidido seguir y creer en el Cordero. Que el llamado que el Pastor Valdir hiciera la semana pasada en nuestra Iglesia se quede fijo por la eternidad y sea el aliciente que requerimos para nuestro peregrinaje de fe:
¡Herman@s, adoren al Cordero, no a Roma!
Su amigo, hermano y compañero del REINO
Jesiel Carvajal V.
Pastor IEBEI

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