En República Dominicana ninguna media estadística funciona. En el mundo de la droga la vida útil de un narcotraficante tiene una media de 10 a 15 años. Después de ahí o está muerto, o está preso o está gestionando entregarse para evitar morir.
Los que llegan a viejos en la actividad como el mexicano Mayo Zambada pasan su vida en la clandestinidad huyendo de manera permanente. Zambada por cierto fue entregado por un hijo del chapo Guzmán su antiguo socio.
José Nicolás Castillo Hart anda dando vueltas entre actividades del narco y los tribunales dominicanos desde el año 2011 cuando se le imputó la muerte de un agente de la DNCD.
Una nota del archivo del Listin Diario del 2017 indica que Castillo Hart acusado de matar, a un hombre y causar heridas a otras tres personas en una discoteca de Santo Domingo Este, fue extraditado por las autoridades judiciales de Colombia luego de ser detenido por agentes de la Policía Internacional (Interpol).
La nota del 2017 dice que tenía cinco órdenes de arresto y a pesar de ellas viajó a Estados Unidos y de ahí a Colombia de donde fue extraditado.
Pero, en los tribunales dominicanos la suerte siempre está del lado de quienes tienen dinero no importa su origen y el en 2018 Castillo Hart se benefició de un no ha lugar.
Yo no sé de derecho pero suponía que cinco órdenes de arresto están asociadas a igual numero de infracciones. En las películas cuando los investigadores no pueden llevar a los malos a prisión por una causa potente buscan otra que logre algo, pero aquí no ven películas.
Las autoridades dominicanas está mostrando orgullosas el trabajo en este caso que por su volumen ha trascendido las fronteras. Ayer la embajada de USA emitió un comunicado felicitando y aclarando que participó en el proceso.
Pero no se puede dejar de pensar cómo es posible que una persona con semejante perfil creara varias empresas de logística y que alguien pensará que movería guineos verdes desde Honduras.

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