Aunque los fondos de ayuda de la Agencia Para el Desarrollo de los Estados Unidos son significativos para mantener importantes programas de salud, educación y apoyo a la gestión pública, ese no será el tema fundamental de la agenda del presidente de la República cuando reciba al secretario de Estado Marco Rubio.
Es obvio que el gobierno dominicano está preocupado ante la posible deportación de unos 200 mil migrantes criollos  que residen en Estados Unidos con un status migratorio irregular, pero necesariamente Haití será el tema fundamental de la agenda del gobierno dominicano.
El cese de las ayudas alimentarias a Haití, como parte de las medidas adoptadas por el presidente Trump agravarán necesariamente la crisis en ese país donde ya el 50% de la población está en emergencia alimentaria según los datos de organismos internacionales.
La posible deportación de ciudadanos haitianos también añadiría combustible a la bomba haitiana cuyo principal ingreso viene de las remesas. El año pasado Haití recibió casi cuatro mil millones de dolares de remesas.
Que los haitianos se queden en Haití, que no aumente la presión migratoria sobre Republica Dominicana y que disminuya el gasto en salud y educación que genera esa migración significa mucho más que cualquier ayuda para el país.
Y no estamos demeritando el impacto de la asistencia de usaid que fundamentalmente se inclina a temas de salud y educación, es que puestos en la balanza de los intereses y el bolsillo del EStado Dominicano conseguir un esfuerzo para la pacificación y algunos niveles de inversión extranjera en Haití se traducen en ahorro para el gobierno dominicano.
La mejor política migratoria no es sacar a los que están si no evitar que entren. Las deportaciones tienen los mismos efectos para todos los países porque tienen un costo, que aquí no se calcula pero que por ejemplo en Estados Unidos, son tema de interés porque el ciudadano gringo tiene criterio de contribuyente.
Los años de relativa estabilidad de Haití a finales de los 90 son un ejemplo, la crisis actual iniciada por el terremoto, agravada por dos huracanes y la inseguridad han detonado la situación actual.
Yo no sé cual es la agenda de Marco Rubio, pero estoy segura de que la de Abinader será que no lo dejen solo con la tragedia de Haití. 

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