El gobierno sintió la indignación generalizada y ayer  el Partido Revolucionario Moderno reculó dos veces.
Y digo que el gobierno sintió la indignación generalizada porque sabemos del monitoreo oficial al clima de la sociedad dominicana.
El PRM se pasó de contento con la aprobación express de un esperpento de Código Penal en el senado y el intento de hacer lo mismo en la Cámara de Diputados  como quien lo hace y no lo siente.
Las declaraciones misóginas del diputado Eugenio Cedeño, alias el barraco de La Romana, le pusieron la tapa al pomo.
El desligue de Paliza y Carolina no funcionó, las mujeres del partido le mandaron una carta a la dirección de la que Cedeño se rió diciendo que ellas no llenaban estadios. Pero ya lo mandaron a la comisión de ética y control. Esa decisión posterior a la declaración light del desligue trata, igual que el recule de los presidentes de las Cámaras, de moderar la ola de indignación que se siente en los medios de comunicación y en la calle.
A los políticos dominicanos no hay manera de explicarle que el tiempo no se mueve solo para lo que a ellos les conviene.
Al PRM hay que recordarle todos los días que la ola de indignación popular que los llevó al poder los puede sacar.
Ayer hubo de todo y se copió el modelo del PLD con gente en los medios tratando de sacar el tema de la agenda. Algunos llegan a decir que la licitación del tren metropolitano tuvo que ver con eso. 
Muchos influencers de programas populares con amplio financiamiento público hablaron largo y tendido de la reacción de la cancillería dominicana ante un requerimiento de Haití que no tiene fecha. 
En fin vamos tomar prestado un párrafo del colega Claudio Acosta para terminar este comentario porque creo que no puedo escribirlo mejor.
“En el punto en el que nos encontramos no hay muchas razones para creer en las buenas intenciones de los legisladores, y menos aún después de enterarnos del contenido de las modificaciones con las que se pretende “modernizar” el Código Penal. Pero el rechazo que han generado envía un mensaje que ni a ellos ni al gobierno conviene ignorar, pues les está recordando que la sociedad dominicana cambió, que ya no es tan fácil engañarla, meterle gato por liebre, sobre todo después de pasarnos tantos años lidiando con gatos de distintas razas y pelaje”

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