Con frecuencia me quejo de no me gusta que me impongan agenda y cuento en tres las ocasiones en que he asumido un texto escrito por otra persona. Pero hoy no puedo callar ante la afirmación de la comentarista Susana Gautreau que ha calificado a los dominicanos deportados de Estados Unidos como escoria.
“Preparémonos a recibir el impacto de la ESCORIA DOMINICANA que vendrá dentro de la gran masa de deportados dominicanos que nos enviarán desde Estados Unidos. Malos dominicanos que hicieron especialidad en crimen organizado en EU”. 
Conozco a Susana porque conozco a su familia pero entiendo que hay una responsabilidad en el uso de los medios y por eso me refiero al tema.
El promedio de ciudadanos deportados desde los EStados Unidos ronda los 3, 500 al año.
Si usted divide el año en día le dará una media de 10 a once deportados por día.
Ese domincano deportado tiene un perfil, el 60% por ciento ha ido a la carcel por una actividad que las leyes norteamericanas califican de criminal y el 40% no criminal. 
Los estudios conocidos del Instituto de las migraciones y una tesis sobre la incidencia de los deportados en la criminalidad de la RD son claros. El número de deportados que incurren en actividad criminal que llega a las cárceles es de apenas un 4%. 
Calificar de escoria a una población que puede llegar en el peor escenario a 300 mil personas es pensar que parte importante de la sociedad dominicana califica como escoria y no es así.
Aunque con frecuencia aparece en los medios los casos de deportados vinculados al delito local, el numero sigue siendo insignificante es como decir que como el 90% de los privados de libertad son negros y mulatos todos los negros y mulatos son delincuentes.
Ayer les dije que me sentía bien porque la Asociación de Periodistas Hispanos de los Estados Unidos ha formulado una guía de cómo tratar este tema, habrá que repartir la guía incluso entre los no periodistas a ver si se respeta por lo menos la condición humana.

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