A medida que pasan los partidos y el Valencia evidencia síntomas de desconexión en el juego, crecen los rumores y comentarios que acusan al vestuario de hacerle la cama a Corberán. No ayudan acciones de goles encajados, por ejemplo, contra Girona o Villarreal. Y no ayuda la imagen frágil y poco combativa del grupo ante Barcelona o Madrid. A pesar de eso, ya les dije ayer en SDV que, con información, no considero que jugadores importantes en el vestuario como Gayà o Tàrrega bajen los brazos a propósito para que el Valencia pierda partidos y eso fuerce el cese del entrenador. Que una cosa es “no querer” y otra “no poder o no saber cómo”. En cualquier caso, me alucina el silencio de la plantilla. Se les está acusando -en grupo- de cuestiones muy graves hace semanas y ahí siguen, sin hacer declaraciones públicas y sin negar la mayor. Si a mí me acusaran de algo tan fuerte y no fuera cierto, saldría al minuto. En sala de prensa o en mis redes sociales. Pero saldría. Los jugadores no deben darse cuenta del peligro que supone, por ejemplo en la relación Mestalla-equipo, no cortar con ese tipo de rumores cuanto antes.

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