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Escuchar "No busques ser feliz - Rodrigo Joaquín del Pino (Rama)"
Síntesis del Episodio
Cuando deseamos ser felices estamos experimentando la estructura propia del sufrimiento. Intentamos hacer cosas y tener cosas para ser felices y esta es la vivencia del ego. Hay un desplazamiento aquí. Yo no puedo intentar ser feliz cuando en esencia soy la felicidad.
La raíz del ego es el intento de llegar a ser lo que ya soy. Este intento de ser feliz me corre completamente de mi experiencia natural de ser. El proceso de “intentar ser" feliz es la base de la infelicidad.
Cuando el alma está dormida sueña esos sucesos de gran felicidad los cuales tiene que sostener con arduo esfuerzo y control. Desde la desconfianza a la vida sus deseos se vuelven simplemente caprichos. Cuando el alma despierta fluye a cada momento en esa aceptación radical de la vida tal como es. Y vive enamorada del Ser trascendente del cual percibe la vida y obtiene una paz perdurable más allá de las circunstancias.
La acción no condiciona más si el propósito en la mente, por tal motivo, no hay cosas materiales y cosas espirituales sino que son juicios para poder justificar mi mirada todavía no liberada en el amor. Al tener el propósito de perdonar todo, todo se vuelve inocente y yo me vuelvo inocente.
El mundo es una gran construcción de la mente para evitar sentir el dolor que nos causa creernos estar separados de Dios. Pero el dolor es un gran maestro que viene para ser aceptado y liberarnos de la muerte en vida que es vivir con miedo: creernos que somos víctimas de un mundo injusto que está fuera de nuestro control. La muerte en vida es pensar sin amor y cuando aprendo a soltar lo que me pesa y aceptar que no tengo razón, se hace espacio para poder sentir el amor que hay en mi corazón. - Entrevista a Rama en radio Mitre 105.1 de la ciudad de Rosario - Argentina.
La raíz del ego es el intento de llegar a ser lo que ya soy. Este intento de ser feliz me corre completamente de mi experiencia natural de ser. El proceso de “intentar ser" feliz es la base de la infelicidad.
Cuando el alma está dormida sueña esos sucesos de gran felicidad los cuales tiene que sostener con arduo esfuerzo y control. Desde la desconfianza a la vida sus deseos se vuelven simplemente caprichos. Cuando el alma despierta fluye a cada momento en esa aceptación radical de la vida tal como es. Y vive enamorada del Ser trascendente del cual percibe la vida y obtiene una paz perdurable más allá de las circunstancias.
La acción no condiciona más si el propósito en la mente, por tal motivo, no hay cosas materiales y cosas espirituales sino que son juicios para poder justificar mi mirada todavía no liberada en el amor. Al tener el propósito de perdonar todo, todo se vuelve inocente y yo me vuelvo inocente.
El mundo es una gran construcción de la mente para evitar sentir el dolor que nos causa creernos estar separados de Dios. Pero el dolor es un gran maestro que viene para ser aceptado y liberarnos de la muerte en vida que es vivir con miedo: creernos que somos víctimas de un mundo injusto que está fuera de nuestro control. La muerte en vida es pensar sin amor y cuando aprendo a soltar lo que me pesa y aceptar que no tengo razón, se hace espacio para poder sentir el amor que hay en mi corazón. - Entrevista a Rama en radio Mitre 105.1 de la ciudad de Rosario - Argentina.