Su nombre es Anabel Cherubito Comesaña, argentina, española, bailarina y actriz. Hija de una pareja de jóvenes artistas argentinos (Julia Comesaña, bailarina contemporánea y él, Miguel Ángel Cherubito, guitarrista clásico y compositor)donde cada uno brillaba en lo suyo, tenían ideales y peleaban por un mundo mejor. Se casaron y fueron a vivir a Chile donde Julia fue primera bailarina del ballet estable de Santiago mientras Miguel Ángel daba conciertos a los que asistía el presidente Salvador Allende y con quién se creó un vínculo muy estrecho. Ambos comenzaron a trabajar para ese gobierno en el famoso “Tren de la cultura”, un tren repleto de artistas que viajaba por todo Chile brindando arte al país. Julia quedó embarazada de Anabely el viajaron con ocho meses de embarazo a tenerla en la Argentina, donde estaba toda su familia para luego volver a Chile, donde pasó sus dos primeros años de vida. El golpe de Estado les obligó a escapar del país para salvar sus vidas. Recalaron en la Argentina pero, Plan Cóndor y Triple A mediante, las amenazas de muerte no tardaron en llegar y así fue como nuevamente debieron partir, pero a Barcelona. Su segundo idioma es el catalán. Allí, estudió, jugó, creció y se formó como bailarina y actriz hasta que sus padres quisieron que volviera a la Argentina a los 17. “Volví varias veces a España pero poco a poco fui encontrando un lugar en la actuación y en los afectos. Hoy elijo vivir en Argentina pero no dejo de extrañar el país que me vio crecer”, sostiene. Se considera una mezcla de culturas, con acento español por el país que le enseñó a hablar y donde pasó su infancia y adolescencia. “Soy una hija de exiliados que se crió en España, país que amo y de ahí mi acento diferente como el de tantos otros hijos de exiliados, que no por ello, son tan extraños”, remata. Y en DESANDANDO, habló de eso y de la importancia de jugarse políticamente y por las movilizaciones de HIJOS.

Ver todos los episodios