El cuerpo proporciona signos físicos de lo que sostenemos con nuestros pensamientos y creencias.
Para curar el cuerpo, por tanto, debemos primero dirigirnos hacia la mente, incluyendo (sobre todo) las cosas de las que no somos conscientes.

“En la enfermedad, siempre hay culpa inconsciente (esta afirmación ha sido calibrada como verdadera), es una afirmación confirmada por la investigación. Existen programas que enseñan a liberar la culpa inconsciente a través de la disposición a perdonar, dejar de criticar y juzgar, y dejar de dirigirnos en la vida por el concepto del bien y el mal, centrándonos en el perdón, y el deseo de entender la vida con compasión. Resolver la negatividad requiere de una re-contextualización de la percepción. El efecto transformador de realizar los 365 ejercicios de UCDM ha sido probado clínicamente”. Dr.David R Hawkins.
En mi experiencia, al preguntarme un grupo de estudiantes espirituales por los beneficios que había notado al realizar el curso, tras pensarlo unos instantes, les respondí; “He dejado de tomar antiácidos…
No me había dado cuenta hasta ese momento, pero llevaba ya meses sin tomarlos. Al llegar a casa tras la reunión que mantuvimos me deshice de las primeras cajas que vi por la mesilla del dormitorio. El proceso se prolongó inesperadamente durante meses, ya que seguían apareciendo cajas distribuidas estratégicamente por cajones, armarios, maletas y por el coche; al parecer se habían ido acumulado unas 10 cajas en total que habían sido mas o menos utilizadas.
La mente, inconscientemente se había asegurado el rápido suministro de aquello que creía necesario para que cesara el dolor de estómago, y había cumulado todo un alijo.
No he vuelto a consumir antiácidos desde entonces, y cuando esporádicamente me he encontrado con alguna digestión pesada aplico la técnica de Dejar Ir a la sensación de ardor o malestar y no tarda en desaparecer.
Os recomiendo dejar el hábito de acumular medicamentos en casa, comprad justo la cantidad que necesitéis para el tratamiento que os haya prescrito vuestro medico de confianza y desprendeos del resto. Acumulando medicamentos en casa le decimos inconscientemente a la mente que pronto los vamos a volver a necesitar, y así será.

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