La nieve refleja cerca de un 80 por ciento de la luz solar, mientras que la arena refleja entre un 10% y un 25%, y el agua un 20 por ciento. A este efecto reflectante se suma la altitud, ya que por cada 1.000 metros la proporción de rayos ultravioleta en la luz solar aumenta un 10 por ciento. Por lo tanto, cuando vamos a esquiar los ojos están muy expuestos a los rayos ultravioletas del sol y a sus posibles efectos secundarios como la queratitis solar. Hoy el oftalmólogo, Alberto González Costea nos habla de cómo proteger los ojos ante la nieve.

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