La investigadora del Instituto de Salud Carlos III dedicó varios años de su carrera como doctora en Farmacia a analizar si las mujeres están representadas proporcionalmente en los ensayos clínicos y si hay sesgo de género. Entre las conclusiones apunta a que ellas sufren más efectos adversos, o al menos así lo reflejan los informes en los que se desagregaron estos datos en hombres y mujeres. Pide más investigación al respecto. Con una carrera dedicada a la regulación de fármacos, a partir de enero trabajará en Bruselas en el nuevo reglamento de medicamentos esenciales para prevenir el desabastecimiento de fármacos en Europa.

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