Bienvenidos a Misterios Ocultos. Soy Alejandro Luna, y esta noche los llevaré al 24 de noviembre de 1971, cuando un hombre cambió para siempre la forma de entender un secuestro. Le llamaron D.B. Cooper… y luego desapareció en la oscuridad.Imagina la pista de aterrizaje del aeropuerto de Portland: la madrugada helada, las luces de neón temblando sobre el asfalto mojado. Un Boeing 727 de Northwest Orient, con sesenta y tres pasajeros adormecidos, aguarda la última llamada a México. Entre los viajeros, un hombre con traje grafito, corbata anudada con estricta pulcritud y unos lentes oscuros que ocultan su mirada bajo el ala del sombrero. Su porte es calmado, casi diplomático.A las 2:50 am, saca un sobre. Una azafata tímida se acerca. Él sonríe: “Señorita, tengo un explosivo. Necesito $200 000 en billetes nuevos y dos paracaídas. Si cumplen mis condiciones, nadie saldrá herido”. Nadie comprende aún que aquel ejecutivo invisible está a punto de dictar las normas del miedo.La tensión sube cuando el capitán enciende los motores; el murmullo de la lluvia se vuelve rugido. Los billetes se apilan sobre un asiento roto de la cabina. Dos paracaídas, uno de emergencia, otro de repuesto; el extraño viajero los examina con meticuloso cuidado. Acto seguido exige reabastecimiento en Seattle. Con la pista repleta de militares y agentes del FBI, el pasajero permanece inmóvil, casi fundido con la oscuridad.A las 7:40 am, en pleno vuelo de regreso a México, D.B. Cooper abre la escotilla trasera del avión. Aparece el venturi, un zumbido ensordecedor, y entonces… salta al vacío, arrastrando consigo el botín y un paracaídas que se sabe nunca se abrió por completo. Nadie lo vuelve a ver.Con los primeros rayos del alba, el 727 aterriza vacío de secuestrador, pero repleto de preguntas. El rastro se desvanece en los bosques de Oregón, donde ni la nieve ni el viento han querido contar qué sucedió tras aquel salto. Años después, en 1980, un niño excava en la arena de una orilla del río Columbia y descubre un fajo de billetes con serie idéntica a la del rescate. Solo 5 800 dólares. El resto… nunca apareció.Décadas de investigaciones, decenas de sospechosos, pistas rotas. Un mecánico, un veterano de guerra, un lector de novelas de espías… Todos encajan y ninguno cuadra. ¿Murió congelado en la montaña? ¿Escapó con una identidad nueva? ¿O sigue allí, observando en silencio cómo su propia leyenda se adentra en el mito?Cada noviembre, cuando el viento arrastra las hojas y el cielo se oscurece antes, los amantes del misterio recuerdan al hombre que, con un simple sobre y un paracaídas, escribió el secuestro más limpio de la historia. El hombre cuyo nombre verdadero nadie conoce y cuya sombra aún recorre las nubes.Gracias por acompañarnos en Misterios Ocultos. Si te atreves, prepara tu linterna y tu curiosidad: el próximo enigma aguarda tras la siguiente puerta. Buenas noches, y que la oscuridad te susurre su secreto.

Ver todos los episodios