Donald Trump ha ordenado el cierre de los medios públicos estadounidenses en el exterior. La medida incluye la suspensión con sueldo de sus empleados durante 60 días, antes de la aplicación de un expediente de regulación de empleo.

Este sábado, al presentarse en sus redacciones, numerosos periodistas recibieron instrucciones de abandonar sus puestos de trabajo. En varios casos, las emisiones continuaron con contenido pregrabado.

Según Trump y los responsables designados para desmantelar la Agencia de Medios Globales de EE.UU., estos medios, junto con otras instituciones afectadas—como el think tank Woodrow Wilson Center, el Instituto de Museos y Bibliotecas y el Consejo para Combatir la Indigencia—son «innecesarios», según el decreto presidencial firmado el viernes y divulgado este sábado.

Aunque el mandato de estos medios es informar con objetividad, el equipo de Trump ha arremetido especialmente contra Voice of America, acusándola de tener un sesgo progresista.

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