Cuando ya pasaste por más de un proceso personal o terapéutico o espiritual o lo que sea y vuelves a sentir indefensión, apatía, soledad, pérdida de fe, tal vez te sientas culpable por no ser capaz de salir de donde estás -y eso es un hábito a juzgarse negativamente-. "Es que ya me sé toda la teoría". Seguramente que sí, pero hay procesos en donde la teoría no sirve para nada, no entra, no tiene sentido. Uno no necesita recetas cuando está atravesando esa "noche oscura del alma", uno necesita contención, simplemente, acompañamiento para transitar lo que sólo uno puede transitar o volver a transitar. No eres tonto ni tienes un problema por saber lo que te pasa y no poder salir de ahí. Los libros de medicina no sanan, sana la persona, el ser, cuando atraviesa el proceso de curación. No sirve para nada que te diga "tu puedes", "haz lo que sabes", "sal de ahí". Sólo intento decirte que no te cargues con la culpa de sentir que estás haciendo algo mal por estar transitando tus sombras o una parte de ellas. En este momento todos nos estamos, en mayor o menor medida, despedazando; estamos soltando trozos de lo que éramos para ser lo que queremos ser y a veces ni lo sabemos. Déjate ser ahí, ahora, rota, con dudas. Respeta aún sin comprender por qué necesitas transitar eso -a veces otra vez, aunque distinto-. A veces uno siente que necesita llegar pronto a la moraleja y no se permite escuchar la fábula. El proceso, aunque doloroso, está dejando una impronta en uno, algo importante que se asimila y se integra. No se sana un resfriado en un día, lo mismo le pasa al alma. Da igual si lo que estás sanando es un duelo, una forma de entender los vínculos, un viejo modo de hacer las cosas, aceptar que los otros pueden elegir lo que quieran, aunque eso implique no elegirnos a nosotros y que nosotros podemos, también, cerrar esa puerta, dejar de esperar y de elegirles. Amistades, familiares de toda la vida, relaciones íntimas... Tanto esfuerzo merece un descanso, una pausa, soltar excesos. Tomar conciencia y elegir hacer algo distinto es un proceso de sanación que, aunque esperanzador, en sus partes es también medicina amarga.
Cuidado con siempre buscar la coherencia espiritual, la vibración adecuada. No hay un 'se supone que debería estar aquí o allá o saber esto o hacer lo otro'. El alma no juzga, no supone, crece, habita, transita y honra cada estado del ser. Estás bien, sólo estás intentando iluminar zonas de tí menos conocidas, aún no del todo evolucionadas. Estás reajustando lo que te pasa a tus mejores valores y es lógico que puedas sentirte abrumada o lejos de la calma interior, triste, sin sentido, algo perdida. Es transitorio, pasa. No te estás muriendo -quizás solo una vieja parte de tí-. Estás mejorando, queriendo encontrarte sin tanto sostener lo que te pesa. Viendo claro lo que no quieres y lo que sí. Puedes no poder y no pasa nada porque podrás con esto. Somos humanos, solamente...
Que el camino a veces sea lento o empinado no es motivo para dejar de caminar.
¿Te está pasando? Te leo y te abrazo, alma.

Gabriela Collado
gabrielacollado.com

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