El la predicación de hoy, el Apóstol Pedro nos ha retado a evaluar lo que nosotros entendemos con la idea de que Dios es nuestro Padre.
Pedro se aseguró que nosotros entendamos que al llamar a Dios nuestro Padre también significa que él es nuestro Juez.
Un juez que es imparcial, y  que no hace acepción de personas, que no tiene favoritos.  Por eso entendemos que nada que hagamos nos puede colocar en un mejor favor delante de Dios.
Y si Dios ha de juzgar a todo ser humano, sin excepción, nuestras vidas como hijos deben ser vividas en temor, en reverencia. Que nuestro conducir, nuestra conducta, nuestro estilo de vida debe ser uno que honra a Dios.
Pedro ha descrito este estilo de vida que está presente en el creyente, como el tiempo de nuestra peregrinación. Y por esto entendemos que aunque estamos en este mundo, no pertenecemos en este mundo. Y que debemos vivir y sentirnos de esta manera.

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