Kenneth Arnold, quien volando el martes 24 de Junio de 1947, a las dos de la tarde en su avioneta particular de Chehalis a Yakima, en el estado de Washington, cuando se hallaba a 2.800 metros de altitud, en una atmósfera limpia y transparente, vio una sucesión de destellos hacia el norte del monte Rainier. Mirando con atención, divisó una hilera de 9 objetos brillantes y al parecer metálicos, que evolucionaban a la altura de los picos cubiertos de nieve. Tenían forma discoidal y parecían hallarse unidos entre sí por un vínculo invisible, pues cada dos o tres segundos oscilaban ligeramente y cambiaban de rumbo de forma simultánea.
Arnold calculó que se hallaban a 40 km y su velocidad era 2.400 km/h. Su tamaño le pareció enorme. Al describirlos dijo que parecían dos platillos unidos por su parte cóncava. La observación duró 3 min.

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