Esta luna llena nos invita abrazar el cambio, la transformación, del mismo modo que abrazamos el recuerdo, tibio y melancólico de nuestra tierra natal, de nuestra madre. Hacernos una casa en el corazón del huracán, una casa que puede viajar a la velocidad en la que viaja la vida.
Nos permite ser conscientes y, al mismo tiempo, estar emocionalmente disponibles a la serie de transformaciones que suceden afuera y que tienen su eco adentro nuestro. Mientras más nos resistimos a lo que nos transforma, más padecemos. Cuando aceptamos el cambio de piel, aparece el misterio, lo impredecible, un destino que no está fijado de antemano sino que construimos y construimos incesantemente.
Entre los pliegues de la verdad se esconden partículas de engaños, ilusiones, falsos puntos de partida. Esta luna llena estira la tela de lo real, revelando algunas de las falsedades que supieron darnos cobijo, escondernos. Mirar con honestidad lo que guardamos en nuestro interior, en nuestro closet, puede permitirnos dejar de sostener el dolor que arrastramos.
Hay un lugar profundamente quieto en nuestro mundo interior, que resiste los terremotos, las mareas, y las tempestades. Hay un lugar profundamente nuestro que guarda una relación con los sismos, las tormentas, y la inundación. Es justamente por esa misma proximidad que no tiembla, que no se ahoga, que viaja en el aire enrarecido del huracán. Ese lugar, en esta luna llena, se destapa.
A veces, abrir las manos es desentumecer años y años de agarrotamientos en los dedos. A veces, abrir las manos es quedar, una vez más, vulnerable, sin protección, a la merced del otro y de la vida. Pero quizás esta vez dejemos de ser víctimas o victimarios, y seamos apenas inocentes amantes de una vida capaz de revelarse prodigiosa.
Reparar el daño muchas veces es sencillamente imposible. Buscando la cura, nos perdemos en el laberinto, inhibimos la posibilidad de encontrar nuestra identidad en esa búsqueda, el prodigioso regalo de la fuerza con la que hemos sido capaces de sobrevivir. Quizás se trate de aceptar simplemente, que no hay nada que hacer.Hay un prodigioso lazo entre la vida y la muerte, es sabido. Hay un vínculo secreto entre lo que crece con fuerza y lo que decae hacia el olvido, a nadie le sorprende. Pero si todos sabemos que la muerte es la única certeza, esta luna llena nos trae el desafío de abrazar la incertidumbre de la vida.
Visualización:
Un águila atraviesa una nube. Está en el medio de ella. Va sin saber a ciencia cierta  a dónde. La nube se termina. Aparece el campo claro debajo, las vacas pastando, los molinos girando por el viento suave, un conejo pastando en calma, que ahora se ha convertido en su presa.

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