MENSAJE
Germán Martín Castro
https://www.facebook.com/prometeusgerman/
https://www.evolucionsuperior.es/ (aquí puedes leer sus libros en línea)
Capítulo 10. Proposiciones y resoluciones acerca de los cuerpos físicos y síquicos (I)
Se empiezan a tratar los temas del anterior capítulo, para así completar un tanto su comprensión y su posible y definitivo enfoque y resolución.
Lo primero que se debe considerar es que el cuerpo material
del ser humano, en primer lugar, retrata y refleja la figura y silueta del ser humano, caracterizando y distinguiendo su singularidad ante los demás seres; también es obligado añadir que el cuerpo de cualquier persona es el objeto más completo y perfecto que ha hecho la naturaleza y, de la misma manera, es necesario aseverar que constituye la mejor herramienta y ayuda en el proceso dinámico de la persona.
Su génesis es bien sabido que procede del efecto-evento conocido como generación, o acto coital realizado entre una entidad masculina y otra femenina.
Su desarrollo y su composición, desde la cuna a la tumba, es
en verdad no solo un gran prodigio, sino también un misterio
más allá de toda ciencia, pues, aunque la medicina conozca por vía biofísica y bioquímica la mayoría de sus componentes y funciones, es imposible conocer y averiguar cómo y por qué sus numerosas reacciones y sus innumerables células intervienen o interfieren en la personalidad; por otra parte, no se sabe cómo se conforma el ADN particular de cada uno, puesto que las leyes de Mendel solo describen fenómenos, pero nada explican de verdad.
Todavía en el planeta Tierra el ser humano no sabe realmente
cómo debe tratar y qué ha de hacer realmente con su cuerpo
material, pues cuando enferma, la medicina y la sicología solo
alivian, curan o reparan sus anormalidades.
Por otra parte, las religiones y las civilizaciones no resultan positivas ni dan la clave para el correcto comportamiento y tratamiento del cuerpo denso y material.
Por lo que se viene aduciendo sobre el cuerpo material del
ser humano, no es de extrañar el hecho de que muchos seres se conforman o consideran su cuerpo como una pesada carga e impedimento que conviene tener a raya para que no estorbe; otros seres humanos optan por creer que, aunque el cuerpo muere con los años, lo recuperarán de nuevo cuando llegue el juicio final; también otra buena cantidad de humanos tratan de cuidarlo y prepararlo para procesos personales especiales, y suelen admitir que el cuerpo material es verdaderamente la persona humana, que adquiere capacidades especiales, siente, piensa, sufre y goza, pero niegan su trascendencia; otros muchos se conforman con vivir en un estado muy parecido al hedonismo, aceptando impávidos que al fin viene la no existencia y la nada.
La verdadera persona humana está constituida por el «ser
síquico», es decir, por la parte invisible del ser, que, aunque
su dependencia sea corporal, de hecho, no tiene consistencia
física.
Esa parte invisible, es la continuación del efecto-evento
bios-logos de la energía universal, que por el misterioso proceso llamado generación entra en el nivel denso o material, y se individualiza en el momento de nacer y empezar a respirar.
Por otra parte, el nuevo ser es materialmente un resumen fisicoquímico de sus progenitores y síquicamente un resumen de la idiosincrasia de los mismos.
El ser humano debe saber y aceptar que el hecho de su generación o llegada al mundo material es la ocasión providencial para que el efecto-evento bios-logosde la energía universal se extienda y se multiplique, a efectos de evolución y progreso de la infinidad de formas de vida que pueblan el universo.
Toda forma de vida, consciente, es única y particular, pues
procede y es el reflejo de una chispa del gran uno universal o energía cósmica consciente, que necesita realizar y cumplimentar sus infinitas posibilidades y capacidades.

Ver todos los episodios