El Delegado de Protección de datos (DPO) es una figura de máxima actualidad y con gran trascendencia en las organizaciones. La actual normativa europea de protección de datos, concretamente el RGPD y la Ley 3/2018 de Protección de datos y garantía de los Derechos Digitales), se establece los supuestos en los que, una entidad que trate datos personales, deberá contar con esta figura. 
El DPO debe gozar de independencia, dentro de su necesaria integridad y lealtad), y deberá relacionarse con el más alto nivel jerárquico de la entidad. Es fundamental su función de asesoramiento al encargado del tratamiento y de control o auditoria. 

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