La ceremonia de investidura es un acto simbólico, como el acto de ponerle un manto blanco a una mujer porque, en el medievo, las mujeres no usaban la capa blanca, esta solo se reservaba para los caballeros. Las hermanas en Cristo se convierten a damas templarias o del temple, cuando se les realiza la ceremonia de investidura. El maestre de la Orden era elegido por su Consejo y luego de esto podía realizar la ceremonia, acompañado de los hermanos y capellanes. Una vez realizada la investidura, los nuevos caballeros vestían el manto blanco, símbolo de la pureza y la castidad. En el caso de los hermanos sargentos, no podían usar el manto blanco, por lo que se les imponía un manto negro, con la cruz de gules. Este simboliza la fuerza y el coraje en la batalla. Hoy también es un símbolo de sacrificio y esfuerzo, durante su formación para llegar a merecer la investidura de caballero. Los hermanos escuderos no usan mantos, este rango es inferior al de sargento y superior al de postulante. Los postulantes y escuderos vestirán de negro, sin el manto, lo mismo que las hermanas hasta su investidura. Las órdenes templarias modernas hablan de Fons Honorum, lo que viene a significar que un maestre puede transmitir su linaje (si es de sangre noble y fue investido por un barón, conde, príncipe o rey). Si no, la fuente de honra no sobrepasa los límites de la Orden u organización. Investir caballeros templarios y damas templarias en este siglo, es un ritual o ceremonia pública de un valor infinito para los hermanos que pertenecen al temple. Es un acto simbólico, pero cargado de convicciones y profundas transformaciones, compromisos y obligaciones para un templario. La ceremonia de investidura se debe realizar en lugares solemnes como una iglesia o un sitio histórico, de carácter marcadamente religioso y con la presencia de una cruz, la bandera del temple y un capellán o hermano que profesa la religión (que posee el orden sacerdotal).

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