1 Reyes 2:12 dice, “Salomón lo sucedió y se sentó en el trono de David, su padre, y su reino se estableció firmemente.” 

La oración correcta genera Sabiduría.

Vemos en la palabra la historia del Rey Salomón quien  tuvo cierta reputación, en parte buena y otra no tanto. La buena era que amaba y alababa a Dios, que iba al lugar alto y ofrecía en gran manera sacrificios de honra a Dios. 

En 1 Reyes 3, vemos  un sueño que tuvo. En ese sueño, el Señor se apareció y le preguntó, “¿Qué es lo que quieres? ¡Pídemelo, y yo te lo daré!” (1 Reyes 3:5 NLT)

Este es un tiempo de gracia y  cumplimiento de promesas de parte de Dios,  un tiempo de derramar de Su Espíritu sobre toda carne y también un tiempo de sueños de parte de Dios. Volvamos al sueño de Salomón:

El Dios del universo le preguntó qué era lo que él quería, y claramente, él podía responder de varias maneras. Pero su respuesta no fue para nada común. Comenzó alabando a Dios y honrándolo. Luego, hizo un sorpresivo pedido en 1 Reyes 3:7-9:

“Ahora pues, Señor mi Dios, tú me has hecho rey en lugar de mi padre, David, pero soy como un niño pequeño que no sabe por dónde ir. Sin embargo, aquí estoy en medio de tu pueblo escogido, ¡una nación tan grande y numerosa que no se puede contar! Dame un corazón comprensivo para que pueda gobernar bien a tu pueblo, y sepa la diferencia entre el bien y el mal...” 

En el corazón de Salomón,  estaba el deseo  correcto de liderar a su país, pero él sabía que para hacerlo efectivamente necesitaría la sabiduría de Dios. A  Dios  le agrado la respuesta de Salomón ya que él podía haber pedido muchas cosas, como poder, dinero, o fama. Pero, no lo hizo. Por esto, Dios no sólo le otorgó sabiduría, tanta como nunca antes nadie había tenido, también le otorgó fama y riquezas. Porque cuando la bendición de Dios llega a tu vida lo suple todo conforme a Sus riquezas en gloria. Aleluya.

Debemos entender por la Palabra y enfocarnos en la perfección de Dios y no en los hombres porque todos nosotros tenemos grandes imperfecciones por lo cual es absolutamente necesaria, y valiosa  la sabiduría del Espíritu Santo. Un rey que gobernaba una nación entera podía haber pedido a Dios lo que sea, y lo único que eligió fue sabiduría. Él vio que la sabiduría no sólo enriquecería su vida, también la vida de sus seguidores. En un mundo donde el bien y el mal parecen mezclarse, caminar en la sabiduría de Dios nos ayudará a tomar decisiones que nos sostendrán y protegerán y dejaremos de llamar a lo malo bueno. 

Bien ahora lo apliquemos a nuestra vida y en lo que consideramos importante. ¿Acaso los placeres terrenales, o pedimos sabiduría divina para así poder vivir una vida en  victoria cada día? Sólo seamos  honesto con  nosotros mismos y con Dios, y si no consideramos  el valor de tener sabiduría en nuestra vida, pídamos al Espíritu Santo al Espíritu de la verdad que nos revele Su verdad.

Nuestra oración a Dios 🙏 hoy: 
Padre Bueno que haces bien y misericordia en nuestra vida. Seguimos creyendo y clamando por Sabiduría para aprender a caminar en justicia en el nombre de Jesús. Amén

Ver todos los episodios