La fecundidad de los estados de vida es el signo especial del amor de Dios a los hombres[L]a fecundidad que el Señor ha conferido a ambos estados [de vida cristiana, es decir, el estado de vida matrimonial y el estado de vida consagrada] es el signo especial de su amor a los hombres. […]En el plan de Dios, la fecundidad originaria hubiera debido desbordar del espíritu al cuerpoEn este nuevo misterio de fecundidad, Él concede a los que le siguen hasta la cruz algo de la fecundidad desbordante que el amor habría debido tener en el paraíso según el designio de amor de Dios. En verdad, nosotros ya no podemos imaginarnos la fecundidad del amor de Adán y Eva: una fecundidad virginal que se habría desbordado sobreabundantemente del espíritu al cuerpo. […]La fecundidad de la vida consagrada está en el EspírituLa vida en común de José y María estaba enteramente ligada al modo de vida terrenal, a la forma que la existencia humana adquirió después de la expulsión del paraíso. Era un servicio mutuo en el hogar, en el ganarse el pan, en los quehaceres arduos y penosos que ayudan a ir tirando en la vida. […]–––––––––––––––-El episodio ha sido transmitido en el marco del programa «Vida consagrada» de Radio María España el 27.4.23.Descargue el libro Ancilla Domini Más textos en balthasarspeyr.org/es/publicaciones

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